La violencia de género sigue siendo un problema significativo en la sociedad española, y la provincia de Alicante no es la excepción. Según el último informe del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, entre enero y marzo de 2025, se ha registrado una leve disminución del 1,3% en las denuncias por violencia de género en Alicante. Este descenso se traduce en 2.431 denuncias en comparación con las 2.462 del mismo periodo del año anterior. Sin embargo, a pesar de esta ligera reducción, el número de mujeres víctimas de violencia de género en la provincia se mantiene alarmantemente alto, con 2.346 casos reportados, lo que representa una disminución respecto a las 2.387 del año anterior.
### Contexto de la Violencia de Género en la Comunidad Valenciana
A nivel regional, la Comunidad Valenciana ha experimentado un aumento en las denuncias por malos tratos, con un total de 6.695 denuncias en el primer trimestre de 2025, lo que representa un incremento del 6,4% en comparación con las 6.292 denuncias del mismo periodo en 2024. Este aumento en las denuncias contrasta con la disminución observada en Alicante, lo que sugiere que la problemática de la violencia de género puede estar tomando diferentes formas en distintas áreas de la comunidad. En términos de víctimas, la cifra se eleva a 6.224, un aumento del 2,9% respecto a las 6.046 víctimas del año anterior.
El informe también destaca que la Comunidad Valenciana tiene la tercera tasa más alta de mujeres víctimas de violencia de género en España, con 23 víctimas por cada 10.000 mujeres. Solo Navarra y Baleares superan esta tasa, lo que pone de manifiesto la gravedad de la situación en la región. De las 6.224 víctimas contabilizadas, el 59% son de nacionalidad española, mientras que el 41% restante son de origen extranjero, lo que indica una diversidad en el perfil de las víctimas que merece atención y análisis.
### Análisis de Denuncias y Órdenes de Protección
Un aspecto preocupante del informe es la disminución en las órdenes de protección adoptadas por los juzgados de violencia sobre la mujer, que cayeron un 7,2%, pasando de 1.033 a 959. Este descenso se acompaña de una reducción del 8,4% en las solicitudes de protección, lo que plantea interrogantes sobre la efectividad de las medidas de protección disponibles para las víctimas. Las órdenes de protección denegadas también han disminuido, lo que podría reflejar una falta de confianza en el sistema judicial por parte de las víctimas o una posible disminución en la gravedad de los casos reportados.
En cuanto a las denuncias, el informe revela que de las 6.695 denuncias recibidas, 4.453 fueron presentadas por las propias víctimas, lo que representa un porcentaje significativo que se mantiene constante en torno al 70% en los últimos años. Este dato es crucial, ya que indica que las víctimas están comenzando a romper el silencio y a buscar ayuda, aunque aún queda un largo camino por recorrer para que todas las víctimas se sientan seguras al denunciar.
Además, 804 mujeres víctimas optaron por acogerse a la dispensa del deber de declarar contra su agresor, lo que sugiere que, a pesar de la denuncia, muchas mujeres pueden sentirse presionadas o temerosas de seguir adelante con el proceso judicial. Este fenómeno es un claro indicativo de la complejidad emocional y social que rodea a la violencia de género.
Las estadísticas también muestran que el 92% de las personas juzgadas en los Juzgados de Violencia sobre la Mujer recibieron una sentencia condenatoria, lo que es un dato positivo en términos de justicia. Sin embargo, la cifra de personas enjuiciadas ha disminuido un 3,19%, lo que podría reflejar una reducción en la actividad delictiva o, por el contrario, una falta de denuncias efectivas.
La presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, Esther Erice, ha señalado que es fundamental prestar atención a los meses de verano, cuando se observa un aumento en los casos de violencia de género. Esto resalta la necesidad de implementar estrategias de prevención y colaboración durante estos periodos críticos, para proteger a las víctimas y reducir la incidencia de estos delitos.
La violencia de género es un problema que requiere un enfoque multidimensional, que incluya no solo la respuesta judicial, sino también la educación, la sensibilización y el apoyo a las víctimas. La comunidad debe unirse para abordar esta problemática y garantizar que todas las mujeres puedan vivir libres de violencia y miedo.