Alicante es sinónimo de arroz, un plato que ha encontrado en la provincia su máxima expresión. Desde arroces secos hasta melosos, cada rincón de esta tierra tiene su propia especialidad. Sin embargo, uno de los nombres que más resuena en el ámbito culinario es el de Ramón Riquelme, un chef que ha dedicado su vida a llevar el arroz al estrellato. Recientemente, Riquelme fue homenajeado en un evento multitudinario que celebró sus cincuenta años de carrera, un reconocimiento a su pasión y dedicación por la gastronomía.
La celebración tuvo lugar en la Finca Jardines Vistahermosa, un entorno que se llenó de amigos, familiares y admiradores. El acto, conducido por Juan Carlos Gumiel, se desarrolló al ritmo de boleros que acompañaron las emotivas intervenciones de los asistentes. Desde el inicio, quedó claro que este homenaje no solo era un tributo a su carrera, sino también a la amistad y el respeto que ha cultivado a lo largo de los años.
La familia de Ramón estuvo muy presente en la organización del evento, con hijos, sobrinos y primos que se unieron para rendir homenaje a su legado. Entre los asistentes se encontraban figuras destacadas de la comunidad, como Manuel Villar y Lidia López, quienes compartieron anécdotas y palabras de cariño hacia el homenajeado. Moncho Riquelme, uno de sus hijos, expresó su emoción al ver a tantos amigos reunidos para celebrar la vida y obra de su padre, destacando que este evento era el mejor regalo que podían recibir.
### La Historia de un Maestro del Arroz
Ramón Riquelme no es solo un chef; es un símbolo de la cultura culinaria alicantina. Desde muy joven, comenzó a trabajar en el mundo de la gastronomía, aprendiendo el arte del arroz de su madre. A los diez años, ya estaba repartiendo latas para un comercio local, y en los años 80, comenzó a hacer paellas en la calle San Mateo. Su carrera despegó cuando un amigo le pidió que preparara una paella para 200 personas en el barrio de Carolinas, un evento que resultó ser un gran éxito. Al año siguiente, recibió un encargo aún mayor: una paella para 400 personas en Confrides, lo que marcó el inicio de su trayectoria como cocinero de grandes eventos.
A lo largo de su carrera, Riquelme ha cocinado para unas ochenta mil personas, llevando el nombre de Alicante a diferentes rincones del mundo. Su pasión por la cocina va más allá de la gastronomía; ha estado involucrado en diversas tradiciones locales, como la Semana Santa y las fiestas de Moros y Cristianos, mostrando su amor por la cultura y las tradiciones de su tierra. Su compromiso con la comunidad es evidente, y ha sabido transmitir ese amor a sus cinco hijos, quienes también han participado en las tradiciones familiares.
Durante el homenaje, Ramón no solo recibió palabras de agradecimiento, sino que también quiso retribuir a aquellos que lo han apoyado a lo largo de su carrera. Un gesto simbólico fue regalar una paella a varias personalidades, incluyendo al alcalde de Confrides, Rubén Picó, y a representantes de la concejalía de Comercio y Turismo. Este acto reflejó su gratitud hacia quienes han estado a su lado en este viaje culinario.
### Reconocimientos y Legado Familiar
El evento no solo fue un homenaje a la carrera de Ramón, sino también a su familia, especialmente a su esposa, Amparo Sánchez Manzanaro, quien ha sido su apoyo incondicional. Durante la celebración, se destacó el papel fundamental que ella ha jugado en su vida, siendo el pilar de su hogar y una madre ejemplar. La entrega y amor de Amparo fueron reconocidos por todos los presentes, quienes valoraron su contribución a la familia Riquelme.
A lo largo de la noche, Ramón recibió varios galardones que reconocen su trayectoria. Entre ellos, la máxima distinción de la Junta Mayor de la Semana Santa y el título de “Rotario de honor” por parte del Rotary Club de Alicante. Además, el ayuntamiento le otorgó la “Paella de oro”, un reconocimiento que simboliza su dedicación y amor por la cocina alicantina.
El evento culminó con el himno de Alicante, un momento emotivo que reflejó la conexión de Ramón con su tierra. Aunque ha tenido que dejar de lado sus famosos puros por razones de salud, su legado y su pasión por la cocina continúan vivos en la memoria de quienes han tenido el placer de disfrutar de sus arroces. La celebración de su vida y obra no solo fue un tributo a un gran chef, sino también a un hombre que ha sabido sembrar amistad y cariño a lo largo de su trayectoria.
