La reciente comparecencia de Mariano Moreno Pavón, exgerente del PSOE, ante la comisión de investigación del Senado ha dejado muchas preguntas sin respuesta. Moreno, quien se negó a declarar sobre los pagos en efectivo que se realizaron a José Luis Ábalos y Koldo García, ha generado un gran revuelo en el ámbito político. La situación se complica aún más con la investigación que lleva a cabo el Tribunal Supremo sobre la trama de financiación irregular que salpica al Partido Socialista.
### La trama de los pagos en sobres
Los pagos en cuestión, que suman más de 30.000 euros, se realizaron entre 2017 y 2019, un periodo clave en la política española, ya que coincide con la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa tras la moción de censura. Según informes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, estos pagos se hicieron en sobres con membrete del partido y no tienen respaldo documental en las cuentas del PSOE. La Guardia Civil ha obtenido información sobre estos pagos a través de mensajes de Koldo García, quien fue mano derecha de Ábalos.
El mayor de estos pagos se registró en 2018, alcanzando la cifra de 14.692,23 euros, seguido de 8.772,72 euros en 2017 y 6.699,09 euros en 2019. Estos datos han llevado a la oposición a cuestionar la existencia de una posible caja B dentro del PSOE, una acusación que Moreno no ha podido ni confirmado ni desmentido debido a su decisión de no declarar.
Durante su comparecencia, Moreno argumentó que su silencio se debía a que había sido citado como testigo en el Tribunal Supremo, donde se espera que brinde su testimonio sobre el caso. A pesar de su negativa a responder preguntas en el Senado, Moreno aseguró que está dispuesto a colaborar con la comisión de investigación una vez que haya declarado ante el alto tribunal.
### La presión política y las preguntas sin respuesta
La decisión de Mariano Moreno de no declarar ha generado una serie de reacciones en el Senado. Los parlamentarios de la oposición no tardaron en expresar su frustración y plantear preguntas directas que quedaron sin respuesta. Preguntas como «¿Puede negar usted aquí que exista una caja B?» o «¿Hasta qué punto conocía el presidente del Gobierno este sistema de sobres?» fueron lanzadas al aire, evidenciando la tensión y la incertidumbre que rodea a este caso.
La negativa de Moreno a responder ha dejado a muchos cuestionando la transparencia del PSOE y la integridad de sus finanzas. La situación se complica aún más por el hecho de que la investigación del Tribunal Supremo está en curso, lo que podría tener repercusiones significativas para el partido y sus líderes.
Moreno, quien ha ocupado el cargo de director gerente del PSOE desde junio de 2017 hasta octubre de 2021, ha reiterado su disposición a colaborar con la comisión de investigación, pero solo después de cumplir con su obligación ante el Tribunal Supremo. Esta postura ha sido vista por algunos como una estrategia para evitar el escrutinio público mientras se prepara para su declaración en el tribunal.
La presión sobre el PSOE aumenta a medida que se revelan más detalles sobre los pagos en efectivo y la posible existencia de una caja B. La falta de respuestas claras por parte de Moreno y la negativa a declarar ante el Senado han dejado a muchos preguntándose qué más se oculta detrás de las puertas del partido.
La situación actual plantea serias dudas sobre la gestión financiera del PSOE y su compromiso con la transparencia. La espera por la declaración de Moreno ante el Tribunal Supremo se convierte en un momento crucial que podría definir el futuro del partido y sus líderes. La política española se encuentra en un punto de inflexión, y las revelaciones sobre la financiación del PSOE podrían tener un impacto duradero en la confianza pública hacia el partido y sus representantes.