María Consuelo Reyna, una figura emblemática del periodismo en Valencia, ha dejado una huella indeleble en la historia de la comunicación en la región. Su trayectoria, marcada por la dirección del periódico ‘Las Provincias’ entre 1978 y 1999, ha sido objeto de admiración y controversia. En una reciente entrevista, Reyna reflexiona sobre su carrera, los desafíos del periodismo actual y su visión sobre la política valenciana.
La etapa de María Consuelo Reyna como directora de ‘Las Provincias’ fue un periodo de gran relevancia en la historia del periodismo español. Su estilo directo y su capacidad para conectar con los lectores la convirtieron en una figura temida y respetada. Sin embargo, su salida abrupta del periódico dejó muchas preguntas sobre lo que pudo haber sido su legado. «Quizás si no se hubiera cerrado tan abruptamente, me hubiera jubilado viejísima allí», comenta con una mezcla de nostalgia y aceptación. A pesar de las ofertas que recibió para continuar su carrera en otros medios, Reyna decidió no aceptar, sintiendo que su vida había estado intrínsecamente ligada a ‘Las Provincias’.
Uno de los momentos más emotivos de su vida fue ser reconocida como hija predilecta de Valencia, un premio que considera el más significativo de su carrera. «Es el único premio cariñoso que existe porque te dicen que eres hija predilecta en tu ciudad, donde te morirás», expresa con sinceridad. Este reconocimiento resalta su conexión con la comunidad y su compromiso con la región.
En la entrevista, Reyna también aborda la situación política actual en Valencia, centrándose en figuras como María José Catalá y Carlos Mazón. Considera que Catalá tiene el potencial de convertirse en presidenta de la Generalitat, pero advierte que debe manejar con cuidado la herencia de Mazón. «Carlos Mazón debe asumir la parte dura de la reconstrucción y no volver a presentarse», afirma, sugiriendo que la política actual está llena de desafíos que requieren un liderazgo fuerte y decidido.
La conversación se adentra en la historia reciente de Valencia, donde Reyna recuerda momentos críticos como la riada de 1957 y su impacto en la política local. «El entonces director de ‘Las Provincias’, Martín Domínguez, pronunció el discurso de la ‘Valencia silenciada’ que le costó el cargo», recuerda. Esta anécdota ilustra la valentía de los periodistas de la época y su compromiso con la verdad, a menudo a costa de sus propias carreras.
Reyna también reflexiona sobre su relación con otros personajes destacados de la literatura y la política valenciana, como Vicent Andrés Estellés. A pesar de las críticas que ha recibido a lo largo de su carrera, ella se mantiene firme en su convicción de que el periodismo debe ser un reflejo de la realidad social. «Si tú defraudas a tus lectores, te vas a hundir por completo», advierte, enfatizando la importancia de la responsabilidad en el periodismo.
En cuanto al periodismo actual, Reyna es crítica. «Estamos en la época de los bulos y la desinformación. Nuestra profesión es un oficio, por mucha licenciatura que tengas y mucho máster», señala. Para ella, el verdadero periodismo implica salir a la calle, buscar la noticia donde nadie la espera y conectar con la gente común. Esta perspectiva resalta la necesidad de un periodismo comprometido y ético en un mundo donde la información se difunde rápidamente, a menudo sin verificación.
La figura de María Consuelo Reyna es un testimonio de la evolución del periodismo en Valencia y de los retos que enfrenta en la actualidad. Su legado perdura no solo en sus escritos, sino también en la forma en que ha influido en generaciones de periodistas y en la manera en que se percibe la profesión en la comunidad. Su voz, aunque ya no en el papel, sigue resonando en el debate sobre la libertad de expresión y la responsabilidad social de los medios de comunicación.
A medida que el mundo avanza hacia un futuro digital, Reyna se muestra escéptica sobre el destino del periodismo impreso. «Creo que el periódico en papel desaparecerá», predice, añadiendo que la conexión emocional que se establece al leer en papel es difícil de replicar en el entorno digital. Sin embargo, su amor por el periodismo y su compromiso con la verdad continúan siendo un faro para aquellos que buscan seguir sus pasos en esta noble profesión.