El exinspector jefe de la comisaría centro de València, Ricardo Ferris, ha sido absuelto por el Tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Valencia de un delito de odio que se le imputaba tras sus polémicas declaraciones en una mesa redonda organizada por la formación de ultraderecha, Vox. Durante este evento, Ferris equiparó la inmigración con la delincuencia, afirmando que «los inmigrantes que llegan en patera son todos delincuentes». Esta afirmación provocó la indignación de diversas organizaciones de derechos humanos y grupos de inmigrantes, quienes denunciaron sus palabras ante la Fiscalía.
El tribunal, aunque reconoció que Ferris «se extralimitó en algunos momentos» y utilizó términos «demasiado categóricos», concluyó que su discurso no tenía la intención de denigrar a un colectivo, sino que reflejaba su perspectiva sobre la política de seguridad y migratoria. El magistrado argumentó que el mensaje de Ferris contenía un enfoque de seguridad pública, lo que llevó a la decisión de absolverlo.
### Contexto del Juicio
El juicio contra Ferris se llevó a cabo tras la denuncia de una treintena de organizaciones que defendían los derechos de las personas migrantes. Estas agrupaciones argumentaron que las declaraciones del exinspector fomentaban el odio y la hostilidad hacia los inmigrantes, incitando a la población a actuar de manera violenta. En este contexto, tanto el Ministerio Fiscal como las acusaciones particulares solicitaron una pena de tres años de prisión y una multa, alegando que Ferris había utilizado su posición como policía para incitar al odio, basándose en datos que consideraban falsos.
Durante su declaración, Ferris defendió su discurso, afirmando que estaba dirigido exclusivamente a los delincuentes y que nunca tuvo la intención de incitar a la violencia. «Llevo 35 años viajando a República Dominicana, yo mismo soy extranjero en aquel país. ¿Cómo voy a plantear a la gente que salga a matar? Es tan grotesco que es increíble que se plantee», argumentó. Además, enfatizó que su deber como policía era detener a los delincuentes, y que su intervención en la mesa redonda buscaba resaltar la falta de implicación de los ciudadanos en la seguridad pública.
### Reacciones y Consecuencias
La decisión del tribunal ha generado reacciones encontradas en la sociedad. Por un lado, algunos sectores celebran la absolución como una defensa de la libertad de expresión, argumentando que las opiniones sobre la inmigración y la seguridad deben ser debatidas sin temor a represalias legales. Por otro lado, organizaciones de derechos humanos han expresado su preocupación por el mensaje que esta absolución envía, sugiriendo que podría alentar a otros a hacer declaraciones similares sin miedo a enfrentar consecuencias.
El caso de Ricardo Ferris pone de manifiesto la complejidad del debate sobre inmigración y delincuencia en España, un tema que ha cobrado relevancia en los últimos años, especialmente con el auge de partidos políticos de ultraderecha que han capitalizado el miedo y la inseguridad en torno a la inmigración. La sentencia también abre la puerta a un análisis más profundo sobre cómo se manejan las declaraciones de figuras públicas en contextos de alta sensibilidad social.
La defensa de Ferris, liderada por el penalista Juan Carlos Navarro, argumentó que no se habían probado los hechos que justificaran la acusación de delito de odio. A pesar de la absolución, el caso ha dejado una huella en la percepción pública sobre la relación entre inmigración y delincuencia, y ha reavivado el debate sobre la responsabilidad de los funcionarios públicos en sus declaraciones.
Este juicio y su resultado son un recordatorio de la importancia de la responsabilidad en el discurso público, especialmente en temas que afectan a colectivos vulnerables. La decisión del tribunal puede ser recurrida en apelación, lo que sugiere que el caso podría no haber llegado a su fin y que el debate sobre la libertad de expresión y el discurso de odio continuará en el ámbito judicial y social.