En el mundo de la Fórmula 1, pocos nombres resuenan con tanta fuerza como el de Fernando Alonso. A lo largo de su carrera, el asturiano ha dejado una huella imborrable, no solo por sus habilidades al volante, sino también por su capacidad de reflexión y aprendizaje. En una reciente entrevista, Alonso compartió sus pensamientos sobre su trayectoria, los altibajos de su carrera y cómo ha cambiado su perspectiva con el tiempo.
La Melancolía de los Títulos Pasados
Alonso, quien se coronó campeón del mundo en 2005 y 2006, ha admitido que uno de sus mayores lamentos es no haber disfrutado más de esos momentos de gloria. «Lo que lamento con seguridad fue no haber disfrutado más de mi tiempo, mi carrera», confesó. A pesar de haber alcanzado la cima del automovilismo, el piloto se dio cuenta de que su enfoque en la competencia lo llevó a perder de vista la importancia de celebrar sus logros. «Es triste», reflexionó, al recordar las celebraciones que deberían haber sido memorables.
Durante sus años en Ferrari, Alonso se sintió atrapado en una rutina que le impedía disfrutar de sus victorias. «Puedes ganar la carrera y, en el avión, ya estás pensando en el próximo fin de semana», explicó. Esta mentalidad, que él mismo asocia a una idea rígida de profesionalidad, le impidió saborear plenamente los triunfos. Sin embargo, su experiencia en Aston Martin ha cambiado su enfoque. Ahora, con más de dos décadas en la élite del automovilismo, ha aprendido a celebrar cada podio como un logro especial, incluso si no es una victoria. «Parezco el más feliz en el podio… es porque soy capaz de disfrutar más ese tipo de momentos», afirmó.
Un Cambio de Mentalidad
El paso del tiempo ha traído consigo una evolución en la mentalidad de Alonso. Reconoció que antes creía que disfrutar demasiado podría restarle seriedad. «Si estaba disfrutando demasiado, era como si no fuera profesional», admitió. Sin embargo, con la perspectiva que le brinda la experiencia, ha llegado a la conclusión de que es posible ser exigente y competitivo sin renunciar a compartir la alegría con su equipo y los aficionados. Este cambio de mentalidad le ha permitido conectarse más con las personas que le rodean, desde los mecánicos hasta los seguidores en las gradas. «Ellos están ahí para ti y necesitas dar algo a cambio», explicó.
El Gran ‘Y Si…’
Cuando se le preguntó qué cambiaría si pudiera rehacer su trayectoria, Alonso no dudó en mencionar su deseo de haber ganado un campeonato con Ferrari. En 2010 y 2012, estuvo a solo unas vueltas de lograrlo, y esos títulos perdidos todavía pesan en su memoria. Sin embargo, el piloto también reconoce que las derrotas han sido maestras en su vida. «El fracaso es necesario en la vida… no ganar y no lograr lo que te encantaría… son esenciales para que cualquier ser humano mejore cada vez», reflexionó. Para él, el deporte es un ejercicio continuo de resistencia, donde el éxito llega en contadas ocasiones, pero compensa años de esfuerzo.
Redescubriendo el Cariño del Público
El parón que Alonso se tomó en 2018 fue un punto de inflexión en su carrera. Cansado de viajar y de no competir por victorias, había perdido la percepción de su impacto en el público. «Lo primero fue el amor que la gente sentía por mi carrera y mi trabajo», recordó. Los encuentros con aficionados y el clamor por su regreso le hicieron replantearse su relación con el deporte. Lejos de la Fórmula 1, en competiciones como Le Mans, IndyCar o el Dakar, vivió un automovilismo más puro y menos encorsetado. Al regresar, comenzó a valorar detalles que antes detestaba, como el himno nacional o la vuelta de desfile. Esta nueva perspectiva le ha permitido ser más abierto con los medios y más cercano a los fans, consciente de la importancia de esa conexión.
La Importancia de Vivir el Presente
Aunque Alonso asegura que no cambiaría sus decisiones clave ni sus pasos por distintos equipos, reconoce que, de repetir su vida, intentaría atesorar más recuerdos y vivir el presente con mayor intensidad. Esta es la gran enseñanza que, según él, solo la experiencia y la madurez pueden dar. A sus 44 años, Alonso sigue compitiendo en la parte alta de la competición, y parece haber encontrado un equilibrio que antes no tenía: competir con la misma fiereza de siempre, pero sin olvidar que, más allá de los puntos y los trofeos, lo que queda son las personas, las emociones y los momentos compartidos. En un mundo donde la presión y la competencia son constantes, la capacidad de reflexionar y aprender de la experiencia es lo que realmente define a un campeón.