La instalación de toldos en la isla de Tabarca ha generado un intenso debate entre los vecinos, comerciantes y turistas. Este proyecto, que busca proporcionar sombra en la arteria principal de la isla, ha sido objeto de controversia debido a la falta de coordinación entre las autoridades locales y la confusión sobre su permanencia. Recientemente, el alcalde de Alicante, Luis Barcala, anunció que no solicitará una prórroga para mantener los toldos hasta noviembre, contradiciendo a su concejala de Turismo, Ana Poquet, quien había expresado su intención de hacerlo. Esta situación ha dejado a muchos preguntándose sobre la gestión del equipo de gobierno y la comunicación interna entre sus miembros.
La instalación de los toldos, que costó 165.649 euros, fue concebida como una mejora para el turismo y el bienestar de los residentes, pero su uso se ha limitado a solo 18 días. Originalmente, el contrato contemplaba su despliegue desde el 19 de marzo hasta el 1 de noviembre, pero un informe del Servicio de Turismo restringió su uso a festividades culturales específicas. Esta decisión fue justificada por la condición de Tabarca como Bien de Interés Cultural (BIC), lo que ha llevado a críticas sobre la planificación y ejecución del proyecto.
La falta de claridad en la gestión ha sido un tema recurrente en las declaraciones de los políticos locales. Ana Poquet había indicado que el Ayuntamiento podría solicitar una prórroga, basándose en la información proporcionada por la Conselleria de Cultura, que no había impuesto plazos estrictos para la retirada de los toldos. Sin embargo, Barcala, en una reciente comparecencia, cerró la puerta a esta posibilidad, afirmando que los toldos se desmontarían el 15 de julio como estaba previsto inicialmente. Esta decisión ha generado descontento entre algunos sectores de la población, que ven en esta situación un reflejo de la descoordinación y falta de comunicación dentro del equipo de gobierno.
La portavoz del grupo municipal socialista, Ana Barceló, ha criticado abiertamente la gestión del PP, señalando que la falta de coherencia en las decisiones ha llevado a un gasto significativo en un proyecto que apenas tendrá tiempo de funcionamiento. Barceló ha enfatizado que la situación actual demuestra la falta de comunicación entre los miembros del gobierno, lo que ha llevado a decisiones apresuradas y mal planificadas. La crítica se centra en que, a pesar de la inversión considerable, los toldos solo estarán disponibles durante un corto período, lo que plantea interrogantes sobre la efectividad de la gestión municipal.
Por otro lado, los comerciantes de Tabarca han expresado su preocupación por la falta de sombra en la isla, especialmente durante los meses de verano, cuando el turismo alcanza su punto máximo. Muchos de ellos consideran que los toldos son una mejora necesaria para atraer a más visitantes y ofrecer un espacio cómodo para disfrutar de la isla. Sin embargo, la incertidumbre sobre su permanencia ha generado un clima de desconfianza entre los empresarios locales, que temen que la falta de sombra pueda afectar negativamente a sus negocios.
Los turistas también han manifestado opiniones divididas sobre la instalación de los toldos. Algunos consideran que son una adición positiva que mejora la experiencia en la isla, mientras que otros piensan que la falta de comunicación sobre su uso y la inestabilidad en la gestión han restado valor a la iniciativa. La situación ha llevado a un debate más amplio sobre la necesidad de una planificación más efectiva y una mejor comunicación entre las autoridades locales y la comunidad.
En medio de esta controversia, los residentes de Tabarca han expresado su deseo de que se tomen decisiones más coherentes y que se escuche su voz en el proceso de planificación. Muchos consideran que la instalación de toldos es solo una parte de un enfoque más amplio que debería incluir mejoras en la infraestructura y servicios de la isla. La falta de un plan a largo plazo ha llevado a una sensación de frustración entre los vecinos, que esperan que las autoridades tomen en cuenta sus necesidades y preocupaciones en futuras decisiones.
La polémica sobre los toldos en Tabarca es un reflejo de los desafíos que enfrentan muchas comunidades en la gestión del turismo y la preservación del patrimonio cultural. A medida que el debate continúa, queda por ver cómo se desarrollarán las decisiones futuras y si se implementarán cambios que beneficien tanto a los residentes como a los visitantes de esta hermosa isla.
