En la ciudad de Alicante, los carteles que anuncian obras públicas se han convertido en un símbolo de abandono y vandalismo. A pesar de que estos letreros están destinados a informar a la ciudadanía sobre proyectos de infraestructura y mejoras urbanas, muchos de ellos han sido objeto de grafitis y deterioro, lo que refleja una falta de atención por parte de las autoridades locales. Este fenómeno no solo afecta la estética de la ciudad, sino que también plantea preguntas sobre la gestión de la información pública y la responsabilidad de las administraciones en el mantenimiento de estos anuncios.
La historia de los carteles de obras en Alicante comienza con la adjudicación de proyectos significativos, como el tramo de la Vía Parque entre El Palmeral y la avenida Lorenzo Carbonell en 2011. Con un presupuesto de 21 millones de euros, este proyecto fue parte del Plan Confianza, una iniciativa de la Generalitat Valenciana para impulsar el desarrollo local. Sin embargo, el cartel que anunciaba la obra ha sido prácticamente borrado por los grafitis, convirtiéndose en un triste recordatorio de la decadencia urbana.
### La Persistencia de los Carteles Abandonados
Otro ejemplo de esta problemática se encuentra en la calle Poeta Campos Vasallo, donde un cartel que anunciaba mejoras en la vía, con un presupuesto de 243.000 euros, sigue en pie a pesar de que las obras finalizaron hace más de dos años. Aunque algunos datos aún son legibles, el letrero ha sido víctima del vandalismo, lo que afecta la imagen pública de la zona. Este patrón se repite en varios puntos de la ciudad, como en las inmediaciones del Parque Central, donde un cartel que anunciaba un proyecto esperado por décadas también ha sido objeto de graffiti.
La situación se agrava en otros lugares, como en el giro hacia la calle México desde la avenida de Elche, donde un cartel que informa sobre la implantación del anillo exterior de la Zona de Bajas Emisiones permanece intacto, a pesar de que la normativa local no se aprobó hasta enero de 2025. Este tipo de anuncios, que deberían ser retirados una vez finalizadas las obras, a menudo quedan en su lugar, contribuyendo a una imagen de desorden y abandono.
### La Falta de Regulación y Responsabilidad
La ausencia de una legislación específica que regule la instalación y retirada de estos carteles es un tema de preocupación. Según Carlos Dueñas, presidente del Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas, las condiciones para la instalación de los anuncios se establecen en los pliegos de condiciones de cada proyecto, pero rara vez se menciona la necesidad de su retirada. Esto lleva a que muchos carteles permanezcan en su lugar mucho después de que las obras han concluido, lo que genera una percepción negativa entre los ciudadanos.
Además, la falta de interés por parte de las administraciones para retirar estos anuncios se debe en parte a su costo. Los letreros pueden oscilar entre 8.000 y 10.000 euros, lo que lleva a los promotores a reutilizarlos en otros proyectos en lugar de desecharlos. Esta práctica, aunque comprensible desde un punto de vista económico, contribuye a la acumulación de carteles deteriorados que afectan la imagen de la ciudad.
La situación se complica aún más cuando se considera que los materiales utilizados para estos anuncios han cambiado. Cada vez más, se opta por formatos más económicos, como cartón pluma o lona, que son menos resistentes y, por lo tanto, más susceptibles al vandalismo. Esto no solo afecta la durabilidad de los carteles, sino que también disminuye su capacidad para cumplir su función informativa.
En resumen, la problemática de los carteles de obras públicas en Alicante es un reflejo de una gestión deficiente de la información pública y la falta de responsabilidad por parte de las administraciones locales. La combinación de vandalismo, abandono y la ausencia de regulaciones claras ha llevado a que estos anuncios se conviertan en un símbolo de decadencia urbana, en lugar de ser herramientas efectivas para informar a la ciudadanía sobre los proyectos que afectan su entorno. La necesidad de una revisión de las políticas relacionadas con la instalación y retirada de estos carteles es evidente, así como la importancia de fomentar una cultura de respeto hacia el espacio público que beneficie a todos los ciudadanos.
