La región de Rio Grande do Sul, en Brasil, ha sido escenario de una de las catástrofes naturales más devastadoras de los últimos años. Entre abril y mayo de 2024, las inundaciones históricas dejaron un saldo trágico de cerca de 200 fallecidos y más de 500,000 personas desplazadas. Aunque esta tragedia no puede compararse con la que vivió l’Horta Sud en octubre del mismo año, sí existen paralelismos significativos, especialmente en la respuesta solidaria de la juventud. En este contexto, la Fundació Horta Sud organizó un encuentro entre jóvenes de Brasil y de l’Horta Sud para compartir experiencias y aprendizajes derivados de estas calamidades.
El programa Demà, que se lleva a cabo en Brasil, tiene como objetivo ofrecer capacitación profesional y experiencia práctica a jóvenes de entre 14 y 22 años que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad social, particularmente aquellos afectados por las inundaciones. La delegación brasileña, compuesta por jóvenes de Porto Alegre y Canoas, estuvo acompañada por representantes del programa, quienes mostraron un gran interés por conocer la labor que realiza la Fundació Horta Sud en términos de participación juvenil y resiliencia comunitaria.
### Intercambio de Experiencias y Aprendizajes
Durante el encuentro, los jóvenes de Brasil y de l’Horta Sud compartieron sus vivencias y emociones en torno a las inundaciones que afectaron a sus comunidades. La conversación se centró en cómo la solidaridad de la ciudadanía fue fundamental para la recuperación tras las catástrofes. Un aspecto que destacó fue el reconocimiento de que todos los participantes habían sido afectados de alguna manera, y que las repercusiones de estas tragedias van más allá de las pérdidas materiales.
Uno de los proyectos que se presentó durante la visita fue «Salvem les fotos», una iniciativa que busca recuperar y conservar imágenes familiares que se perdieron durante la DANA que afectó a l’Horta Sud. Este proyecto no solo tiene un valor sentimental, sino que también simboliza la importancia de preservar la memoria colectiva en tiempos de crisis. Además, se discutió el estudio «Joves i valors», que analiza la implicación de la juventud en el voluntariado durante las catástrofes y las motivaciones que les impulsaron a participar. Este estudio busca trazar un perfil de la juventud solidaria y reflexionar sobre cómo ha evolucionado la comprensión de la solidaridad en la actualidad.
Los jóvenes participantes también abordaron la necesidad de involucrar a la comunidad de manera activa, no solo en situaciones de emergencia, sino también en la vida cotidiana y en la respuesta a desafíos globales como la crisis climática. Este enfoque proactivo es esencial para construir comunidades más resilientes y preparadas para enfrentar futuros desastres.
### La Importancia de la Juventud en Situaciones de Crisis
La jornada culminó con una visita a Paiporta, donde los jóvenes compartieron sus experiencias y reflexiones sobre la importancia de la solidaridad y la cooperación en tiempos difíciles. Este encuentro no solo fue enriquecedor a nivel personal, sino que también sirvió para resaltar el papel crucial que desempeña la juventud en la respuesta a crisis y emergencias. La capacidad de los jóvenes para organizarse, movilizarse y ayudar a sus comunidades es un testimonio del poder de la solidaridad intergeneracional.
La interacción entre los jóvenes de Brasil y de l’Horta Sud ha permitido establecer vínculos internacionales de solidaridad, lo que es fundamental para aprender unos de otros y contribuir a la construcción de comunidades más fuertes y concienciadas. Este tipo de intercambios no solo fomenta la empatía y la comprensión entre diferentes culturas, sino que también fortalece la red de apoyo que es vital en momentos de crisis.
En un mundo cada vez más interconectado, es esencial que las nuevas generaciones se unan para enfrentar los desafíos globales. La experiencia compartida entre estos jóvenes es un claro ejemplo de cómo la solidaridad puede trascender fronteras y cómo la juventud puede ser un motor de cambio en la sociedad. La resiliencia, la empatía y la acción colectiva son herramientas poderosas que pueden ayudar a mitigar los efectos de futuras catástrofes y a construir un futuro más sostenible y justo para todos.
