La reciente decisión del juzgado de instrucción número 4 de Gijón de reabrir la investigación sobre la desaparición de Trinidad Suardíaz y su hija Beatriz ha generado un renovado interés en un caso que ha marcado a la sociedad asturiana desde finales de los años 80. La desaparición de estas dos mujeres, que ocurrió en 1987 en la localidad de Matadeón de los Oteros, ha sido objeto de múltiples investigaciones a lo largo de las décadas, pero sin resultados concluyentes. La Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta de la Policía Nacional ha comenzado a buscar los cuerpos en una balsa de una mina de espatofluor en Ribadesella, donde se cree que el esposo de Trinidad, conocido como «El Portugués», arrojó dos vehículos que podrían contener los restos de ambas.
La historia de Trinidad y Beatriz es trágica y compleja. Trinidad, que en el momento de su desaparición tenía solo 24 años, había estado lidiando con una relación abusiva. En una carta encontrada en su hogar, Trinidad expresaba su deseo de que su esposo no regresara a molestarla más, lo que sugiere que había tomado la decisión de alejarse de él. Sin embargo, su valentía no fue suficiente para evitar su trágico destino. La última vez que se tuvo noticias de ella fue en julio de 1987, cuando no se presentó a una vista judicial relacionada con una denuncia de maltrato contra su esposo.
La búsqueda de los cuerpos ha sido un proceso largo y doloroso. En 2018, la Policía Nacional ya había realizado búsquedas en la misma zona, abriendo incluso una losa de hormigón en una vivienda de Berbes, pero sin éxito. Sin embargo, la reciente información sobre la ubicación de los vehículos en la balsa minera ha reavivado la esperanza de que se puedan encontrar los restos de Trinidad y Beatriz. La balsa, que ha estado cerrada desde los años 60, se ha convertido en el centro de atención de las autoridades, que han señalado la ubicación de los coches con boyas amarillas mientras se preparan para extraerlos con una grúa.
La historia de Trinidad Suardíaz es un recordatorio de las luchas que muchas mujeres enfrentan en situaciones de violencia doméstica. A pesar de que su caso ha permanecido sin resolver durante casi cuatro décadas, la reapertura de la investigación ofrece una nueva oportunidad para que se haga justicia. La comunidad de Asturias ha estado atenta a los desarrollos de este caso, que ha dejado una huella indeleble en la memoria colectiva de la región. La búsqueda de respuestas no solo es crucial para la familia de Trinidad y Beatriz, sino también para todas las mujeres que han sufrido en silencio.
La figura de «El Portugués», el esposo de Trinidad, ha sido objeto de especulación y controversia. Actualmente, se encuentra en una residencia de ancianos en la provincia de León, lo que ha llevado a muchos a preguntarse si alguna vez se hará justicia por sus acciones. La Policía Nacional ha mantenido un interés constante en el caso, a pesar de que fue archivado en 2017. La reciente decisión judicial de reabrir la investigación muestra un compromiso renovado por parte de las autoridades para resolver este caso que ha permanecido en la sombra durante tanto tiempo.
La búsqueda de los cuerpos en la balsa minera no solo es un esfuerzo por encontrar respuestas, sino también un acto simbólico de reconocimiento hacia todas las víctimas de violencia de género. La sociedad ha evolucionado en su comprensión de estos problemas, y cada avance en la investigación de casos como el de Trinidad y Beatriz es un paso hacia la justicia y la reparación. La comunidad espera que esta nueva fase de la investigación arroje luz sobre lo que realmente sucedió aquella fatídica noche de 1987 y que, finalmente, se haga justicia por Trinidad y su hija.
En resumen, la reapertura del caso de Trinidad Suardíaz y Beatriz es un rayo de esperanza en un mar de incertidumbre. La búsqueda de sus cuerpos en la balsa minera de Ribadesella representa no solo un intento de resolver un caso sin resolver, sino también un esfuerzo por dar voz a las víctimas de la violencia de género. La comunidad asturiana sigue de cerca los acontecimientos, esperando que la verdad finalmente salga a la luz.
