El clima extremo que se ha apoderado de Alicante ha llevado a una serie de protestas que han captado la atención de la comunidad educativa y de la sociedad en general. Este sábado, alrededor de 130 personas, incluyendo familias, docentes y estudiantes, se reunieron en la Plaza del Ayuntamiento para exigir una respuesta efectiva ante las altas temperaturas que afectan a los centros educativos de la ciudad. La movilización fue organizada por la Plataforma en Defensa de la Enseñanza Pública, que ha estado al frente de esta lucha por un ambiente escolar más saludable y seguro.
La manifestación, que comenzó a las 12 horas, estuvo marcada por el lema «Queremos aulas, no saunas», un grito de desesperación que ha resonado en varias concentraciones a lo largo de la semana. Este llamado a la acción surge tras un incidente alarmante en el IES Miguel Hernández, donde una alumna sufrió una lipotimia debido al calor extremo en el aula. Este evento ha sido un catalizador para que la comunidad educativa exija cambios inmediatos y significativos.
### La Realidad del Calor en las Aulas
La situación en las aulas de Alicante es crítica. Ismael Vicedo, portavoz de la plataforma, ha declarado que la falta de climatización adecuada no es un problema aislado, sino que se ha convertido en una cuestión estructural que afecta a todos los centros educativos de la ciudad. «Llevamos días reclamando que se acondicionen los centros educativos a la realidad climatológica que no sufrimos puntualmente, sino que ya es estructural», afirmó Vicedo.
A pesar de que el Ayuntamiento ha destinado recientemente fondos para el mantenimiento de las instalaciones, como reparaciones y trabajos de pintura, los recursos son insuficientes para abordar la urgencia climática que enfrentan las aulas. Vicedo destacó que en algunos centros, como el Joaquín Sorolla, son las propias familias quienes han tenido que asumir el costo de los aparatos de aire acondicionado, lo que pone de manifiesto la falta de inversión pública en este ámbito.
La plataforma ha presentado varias propuestas para mejorar la situación, incluyendo la instalación de placas solares para reducir el consumo eléctrico, la creación de más zonas de sombra en los patios y la modernización de las infraestructuras educativas. «Es una inversión de futuro», enfatizó Vicedo, quien subrayó que el problema del calor afecta a los 56 centros públicos de Alicante.
### Un Plan de Acción Necesario
Las protestas no se limitaron a la concentración del sábado. Desde el lunes, se llevaron a cabo diversas movilizaciones en diferentes centros educativos, comenzando en el IES Miguel Hernández, donde ocurrió el incidente de la alumna. Las manifestaciones continuaron en el IES Cabo de la Huerta, donde familias y docentes de varios colegios exigieron la instalación de aire acondicionado y la reducción de los horarios lectivos para mitigar el impacto del calor.
El viernes, el colegio Joaquín Sorolla se unió a las protestas, culminando con la gran concentración en la Plaza del Ayuntamiento. La presión de la comunidad educativa ha llevado a la Conselleria de Educación a anunciar que está trabajando en un «Plan de Confort Térmico» para los centros educativos de la Comunidad Valenciana. Este plan tiene como objetivo mitigar las altas temperaturas en las aulas, pero muchos se preguntan si será suficiente y si se implementará a tiempo para hacer una diferencia significativa.
La presencia de representantes políticos en la concentración también subraya la importancia del tema. La concejala de Compromís, Sara Llobell, y el portavoz de EU-Podemos, Manolo Copé, se unieron a los manifestantes, enfatizando que adaptar los colegios al cambio climático es una cuestión de salud y bienestar. Copé destacó que «tenemos aulas sin ventilación, patios convertidos en desiertos de cemento y temperaturas que superan los 35 grados. Así no se puede aprender».
La situación en Alicante refleja un problema más amplio que afecta a muchas regiones donde las altas temperaturas se han vuelto cada vez más comunes. La falta de preparación y adaptación de las infraestructuras educativas a estas condiciones climáticas extremas es un desafío que debe ser abordado con urgencia. Las protestas en Alicante son un claro ejemplo de cómo la comunidad puede unirse para exigir cambios necesarios y urgentes en el sistema educativo, asegurando que todos los estudiantes tengan acceso a un entorno de aprendizaje seguro y saludable.