La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ha planteado la necesidad de retrasar el cierre del parque nuclear español, enfocándose en la central de Almaraz, ubicada en Cáceres. Según el investigador Diego Rodríguez, autor de un reciente análisis sobre la descarbonización en España, la extensión de la vida operativa de esta planta podría ser beneficiosa para el interés general, ya que ayudaría a evitar un aumento en el precio de la electricidad y a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. La fecha de cierre de los dos reactores de Almaraz está programada para 2027 y 2028, pero Fedea argumenta que las condiciones actuales del mercado energético justifican una reconsideración de este calendario.
El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), acordado en 2019, establece un cierre escalonado de las centrales nucleares en España entre 2027 y 2035. Sin embargo, Fedea sostiene que las circunstancias han cambiado desde entonces. La falta de almacenamiento de energía y la creciente dependencia de ciclos combinados, que utilizan gas para generar electricidad, podrían llevar a un aumento de los precios de la electricidad si se reduce la producción nuclear. Rodríguez enfatiza que mantener operativa la central de Almaraz podría mitigar estos problemas, ya que la producción nuclear es generalmente más económica y menos contaminante que la generación a partir de gas.
La propuesta de Fedea no solo se basa en argumentos económicos, sino también en la viabilidad técnica de extender la vida de la central. Según Rodríguez, el proceso para llevar a cabo esta prórroga sería relativamente sencillo, requiriendo únicamente la modificación de una orden ministerial, siempre que las empresas propietarias de la central, Iberdrola, Endesa y Naturgy, estén de acuerdo. Además, la extensión de la vida útil de Almaraz podría resultar en una disminución de la famosa tasa Enresa, que se calcula en función de la producción de megavatios-hora (MW) de cada central. Al operar durante más años, la central podría contribuir a reducir esta carga financiera.
El debate sobre el cierre de las centrales nucleares ha cobrado relevancia en los últimos meses, especialmente tras el apagón eléctrico que afectó a la Península Ibérica el 28 de abril. Este evento ha reavivado las preocupaciones sobre la seguridad del suministro eléctrico y la necesidad de contar con fuentes de energía estables y sostenibles. Fedea también menciona el caso de Bélgica, donde la Comisión Europea aprobó un nuevo esquema de ayudas para mantener operativos los últimos reactores del parque nuclear belga, lo que sugiere que la extensión de la vida útil de las centrales nucleares puede ser una opción viable en el contexto europeo.
La propuesta de Fedea se enmarca en un contexto más amplio de transición energética, donde la reducción de emisiones y la sostenibilidad son prioridades. Sin embargo, la decisión de extender la vida de una planta nuclear no es sencilla y debe pasar por un proceso de autorización administrativa que incluye un informe del operador del sistema eléctrico. Este informe debe evaluar si la continuidad de la planta es posible sin comprometer la seguridad del suministro eléctrico.
La situación actual del mercado energético en España, caracterizada por la volatilidad de los precios y la creciente demanda de energía, plantea desafíos significativos. La dependencia de fuentes de energía fósiles, como el gas, puede resultar en un aumento de las emisiones de CO2, lo que contradice los objetivos de descarbonización del país. Por lo tanto, la propuesta de Fedea de mantener operativa la central de Almaraz se presenta como una alternativa que podría contribuir a equilibrar la oferta y la demanda de energía, al tiempo que se avanza hacia un modelo energético más sostenible.
En este contexto, es fundamental que las decisiones sobre el futuro del parque nuclear español se tomen con base en un análisis exhaustivo de las condiciones actuales y futuras del mercado energético. La transición hacia energías renovables es un objetivo a largo plazo, pero en el corto plazo, la estabilidad del suministro eléctrico y la contención de precios son preocupaciones inmediatas que deben ser abordadas. La propuesta de Fedea, aunque controvertida, abre un debate necesario sobre el papel de la energía nuclear en la matriz energética de España y su contribución a la sostenibilidad y la seguridad energética del país.
