La Selección Española de fútbol se encuentra en un momento crucial de su historia, con la Nations League a la vuelta de la esquina y el Mundial de 2026 en el horizonte. Tras conquistar la Eurocopa de 2024, el equipo dirigido por Luis de la Fuente busca consolidar su estatus en la élite del fútbol mundial. Sin embargo, persiste una incógnita que ha atormentado a la selección durante años: la falta de un delantero centro de primer nivel.
**La Evolución del Equipo y Nuevas Promesas**
La temporada ha sido testigo de la progresión de jóvenes talentos como Lamine Yamal y Pedri, quienes han demostrado ser piezas clave en el engranaje del equipo. La inclusión de Isco en la convocatoria para la Nations League marca un regreso significativo, aunque la ausencia de Rodri, quien apenas ha regresado de una larga lesión, plantea interrogantes sobre la solidez del mediocampo.
En la delantera, la situación es más complicada. Ayoze Pérez, máximo goleador de La Liga con 19 goles, se ha visto obligado a retirarse de la convocatoria debido a una lesión. Esto deja a Luis de la Fuente con varias opciones, pero ninguna que garantice el nivel de un delantero centro de élite. Morata, a pesar de un año irregular en sus clubes, sigue siendo una opción viable, al igual que Oyarzabal, quien ha demostrado su capacidad goleadora con 18 tantos esta temporada.
La llegada de Samu Omorodion, quien ha tenido una explosión de goles en el Porto, ofrece una luz de esperanza. Con 25 goles en 42 partidos, su inclusión en la selección podría ser un paso hacia la solución del dilema del nueve. Además, Mikel Merino ha tenido que adaptarse a jugar en la delantera debido a las lesiones en su club, lo que podría abrir nuevas posibilidades para la selección.
**La Búsqueda de un Delantero Centro**
A pesar de contar con un equipo talentoso, la falta de un delantero centro de referencia ha sido un problema persistente para España. Desde la época dorada de David Villa y Fernando Torres, la selección ha luchado por encontrar un goleador nato que pueda marcar la diferencia en los momentos cruciales. La historia reciente muestra que, a pesar de tener jugadores talentosos como Ferrán Torres y Morata, ninguno ha logrado establecerse como el delantero indiscutible del equipo.
En competiciones pasadas, España ha tenido que recurrir a soluciones temporales. En la Eurocopa de 2012, Cesc Fàbregas actuó como falso nueve, mientras que en el Mundial de 2014, Diego Costa no pudo cumplir con las expectativas. La Eurocopa de 2016 y el Mundial de 2018 también vieron a la selección caer en octavos de final, con delanteros como Aduriz y Nolito que no lograron marcar la diferencia.
La Eurocopa 2020 fue otro capítulo decepcionante, donde Morata, a pesar de ser el delantero más utilizado, no pudo evitar la eliminación en la tanda de penaltis ante Italia. En el Mundial de Catar 2022, la falta de un delantero puro se hizo evidente una vez más, resultando en otra eliminación prematura.
La reciente Eurocopa de 2024 trajo consigo un ligero alivio, ya que Morata, aunque criticado, contribuyó al éxito del equipo, aunque el máximo goleador fue Dani Olmo, quien anotó tres goles. Esta tendencia de depender de mediapuntas y extremos para la producción de goles subraya la necesidad urgente de que España encuentre un delantero centro de primer nivel que pueda competir con los mejores del mundo, como Julián Álvarez, Kylian Mbappé o Harry Kane.
Con el Mundial de 2026 a la vista, la selección española tiene la oportunidad de construir un equipo sólido que pueda rivalizar con las grandes potencias del fútbol. Sin embargo, para que esto suceda, es imperativo que se resuelva la cuestión del delantero centro. La búsqueda de un nuevo David Villa se ha convertido en una prioridad, y los aficionados esperan que la próxima generación de talentos pueda llenar este vacío crítico. La combinación de un juego colectivo sólido y un goleador nato podría ser la clave para que España vuelva a brillar en el escenario mundial.
