Alicante, una ciudad que se caracteriza por su belleza y su atractivo turístico, enfrenta un problema que ha persistido durante más de 15 años: la falta de iluminación en uno de sus principales accesos. Este tramo, que conecta la ciudad con el sur, se ha convertido en un punto de preocupación para los residentes, quienes advierten sobre los peligros que conlleva transitar por una zona completamente a oscuras. La situación se remonta a 2008, cuando la crisis económica global llevó a las autoridades a tomar decisiones drásticas, como la eliminación de la iluminación en las autovías urbanas de España. Aunque la intención era reducir costos, el resultado ha sido un acceso inseguro y poco acogedor para quienes llegan a Alicante.
La entrada sur de la ciudad, que se encuentra en una zona densamente poblada, ha sido objeto de múltiples quejas por parte de los vecinos. Lorenzo Pérez, presidente de la asociación de vecinos Parque del Mar, ha expresado su preocupación por la inseguridad que representa este acceso. La falta de luz no solo dificulta la visibilidad para los conductores, sino que también aumenta el riesgo de accidentes, especialmente en un tramo donde los vehículos pueden pasar de circular a 120 kilómetros por hora a detenerse abruptamente en un semáforo. Esta situación se agrava por la presencia de camiones de gran tonelaje que transitan por la zona, lo que convierte el acceso en un lugar potencialmente peligroso.
Los residentes han intentado comunicarse con las autoridades locales y nacionales en numerosas ocasiones para buscar una solución. Sin embargo, el conflicto burocrático entre el Ayuntamiento de Alicante y el Ministerio de Transportes ha complicado aún más la situación. Aunque el Ministerio ha indicado que la parte de la autovía donde se encuentran las farolas es ahora de titularidad municipal, los elementos de iluminación siguen siendo propiedad del Estado. Esto ha llevado a un estancamiento en los procedimientos necesarios para restaurar la iluminación en el acceso, dejando a los vecinos en una situación de incertidumbre y frustración.
### Un Problema de Infraestructura y Aislamiento
Además de la falta de iluminación, los vecinos también destacan que la autovía representa un problema mayor para los barrios del sur de Alicante, como Babel y San Gabriel. Esta infraestructura ha creado una brecha que aísla a estas comunidades, dificultando la movilidad y el acceso a servicios básicos. Los residentes han solicitado que se desafecte la autovía para que pueda ser declarada una vía urbana, lo que permitiría una mejor integración de los barrios y facilitaría la conexión entre ellos.
La propuesta de soterrar el acceso al puerto ha sido planteada como una solución viable para resolver el problema de aislamiento. Al hacerlo, se podría transformar la autovía en una carretera urbana que favorezca la interconexión de los barrios, permitiendo que los residentes se sientan menos marginados y más integrados en la vida de la ciudad. Sin embargo, las autoridades han argumentado que, al ser una vía de interés general, no se puede llevar a cabo esta modificación.
Los vecinos, liderados por Pérez, han manifestado su descontento con la falta de acción por parte de las autoridades. «Es un problema de decisión», afirma. «El Ayuntamiento debe tomárselo en serio porque en la zona sur nos sentimos abandonados. Es inaceptable que, a dos kilómetros del núcleo urbano, no haya iluminación en un acceso tan importante». Esta situación no solo afecta la seguridad de los residentes, sino que también proyecta una imagen negativa de Alicante, que debería ser una ciudad acogedora y segura para todos.
La falta de iluminación y la infraestructura deficiente han llevado a un aumento en la percepción de inseguridad en la zona. Los residentes temen por su seguridad al transitar por un acceso que debería ser una puerta de entrada a la ciudad, pero que en su estado actual se convierte en un símbolo de abandono y desinterés por parte de las autoridades. La comunidad ha hecho un llamado a la acción, instando a los responsables a encontrar una solución que garantice la seguridad y el bienestar de los ciudadanos.
En resumen, la situación del acceso sur de Alicante es un claro ejemplo de cómo las decisiones administrativas pueden tener un impacto duradero en la vida de los ciudadanos. La falta de iluminación y la infraestructura deficiente no solo afectan la seguridad, sino que también contribuyen al aislamiento de comunidades enteras. Los vecinos continúan luchando por una solución que les permita vivir en un entorno más seguro y conectado, mientras que las autoridades deben abordar este problema con urgencia y responsabilidad.
