La comunidad de Sangueta, un pequeño barrio de Alicante, enfrenta un desafío significativo en su vida cotidiana: la lejanía de los contenedores de basura. Este problema ha surgido tras la decisión del Ayuntamiento de retirar los contenedores que habían estado en uso durante más de seis décadas. La situación ha generado un descontento palpable entre los residentes, quienes se ven obligados a recorrer largas distancias para deshacerse de sus residuos.
**Un barrio con historia y necesidades**
Sangueta, que alberga a aproximadamente 400 habitantes, se encuentra en una ubicación privilegiada cerca de la playa de El Cocó y la estación de TRAM de La Marina. Sin embargo, la belleza del entorno no ha sido suficiente para evitar que sus residentes enfrenten dificultades logísticas. En marzo de 2025, el Ayuntamiento decidió retirar los contenedores de basura, argumentando que estaban ubicados en una zona privada y que su recogida era complicada. Esta decisión ha dejado a los vecinos en una situación incómoda, obligándolos a caminar hasta 350 metros para encontrar el contenedor más cercano en la avenida de Villajoyosa.
La historia de Sangueta se remonta a 65 años atrás, cuando se fundó el barrio. Desde entonces, los contenedores han sido una parte integral de la vida diaria de sus habitantes. La reciente eliminación de este servicio ha llevado a muchos a cuestionar la lógica detrás de la decisión del Ayuntamiento, especialmente considerando que el servicio de recogida de basura había funcionado sin problemas a pesar de la valla que limita el acceso al barrio.
**Desafíos para los residentes**
La situación es especialmente preocupante para los residentes mayores, muchos de los cuales tienen dificultades de movilidad. Personas como María Castillo, de 82 años, expresan su frustración al tener que lidiar con la lejanía de los contenedores. «Estoy de acuerdo en pagar, pero tienen que cumplir con el servicio. Tengo la espalda muy mal, dificultades para moverme, y es fácil que me caiga y me rompa algo», comenta. Esta situación no es única, ya que muchos vecinos comparten experiencias similares, acumulando basura en sus hogares debido a la imposibilidad de llevarla a los contenedores.
La comunidad ha intentado comunicarse con el Ayuntamiento para solicitar la instalación de un contenedor en una ubicación más accesible, pero sus peticiones han sido ignoradas. La respuesta del consistorio ha sido que la ubicación de los contenedores debe seguir criterios de proximidad y eficiencia, lo que ha dejado a los residentes sintiéndose desatendidos y frustrados. Rocío Cases, otra vecina, señala que los camiones de basura pasan por áreas cercanas, como el Raval Roig y restaurantes, pero no hacen lo mismo por Sangueta.
La indignación de los vecinos se ha intensificado, ya que sienten que se les ha privado de un servicio público esencial mientras continúan pagando impuestos. La falta de respuesta del Ayuntamiento ha llevado a algunos a registrar instancias sin obtener resultados, lo que ha alimentado aún más el descontento en la comunidad.
**Un camino complicado**
El trayecto que los vecinos deben realizar para deshacerse de sus residuos no solo es físicamente exigente, sino que también plantea riesgos. La acera que deben recorrer es estrecha y está expuesta al tráfico de vehículos, lo que aumenta la posibilidad de accidentes. Además, muchos de los residentes son ancianos, lo que hace que esta situación sea aún más preocupante. La falta de iluminación en la zona durante la noche agrava el problema, ya que algunos vecinos temen salir a tirar la basura después de que cae el sol.
La comunidad de Sangueta ha comenzado a organizarse para hacer frente a esta situación. Se han llevado a cabo reuniones para discutir posibles acciones y estrategias para presionar al Ayuntamiento a reconsiderar su decisión. La solidaridad entre los vecinos se ha vuelto fundamental, ya que muchos se ayudan mutuamente para llevar la basura a los contenedores lejanos.
En medio de esta lucha, los residentes de Sangueta continúan esperando una solución que les permita recuperar un servicio que consideran esencial para su calidad de vida. La situación actual no solo afecta su bienestar, sino que también pone de manifiesto la necesidad de que las autoridades locales escuchen y atiendan las necesidades de sus ciudadanos. La comunidad de Sangueta, con su rica historia y su fuerte sentido de pertenencia, está decidida a luchar por sus derechos y a encontrar una solución que les permita vivir con dignidad en su hogar.