La tragedia de la dana que azotó la Comunidad Valenciana ha dejado una huella imborrable en la memoria colectiva de sus habitantes. En un periodo de tan solo trece días, la Guardia Civil logró identificar a la mayoría de las víctimas, un total de 197 cuerpos en Valencia y 4 en Albacete, en un esfuerzo que ha sido calificado como un hito en la gestión de emergencias. Este artículo explora el proceso de identificación de las víctimas, la labor de los especialistas y los desafíos enfrentados durante esta crisis.
### Un Operativo Sin Precedentes
El Servicio de Criminalística de la Guardia Civil se activó inmediatamente después de la tragedia, con un equipo especializado en identificación de víctimas de grandes catástrofes. Desde su creación en 1997, este equipo ha participado en 21 sucesos de gran magnitud, pero la dana ha sido, sin duda, el más complejo y devastador. El coronel Fernando Domínguez Álvarez, jefe del Servicio de Criminalística, ha destacado que la rapidez y precisión en la identificación de las víctimas fueron fundamentales para brindar consuelo a las familias afectadas.
El operativo comenzó al día siguiente del desastre, con los especialistas trasladándose al Instituto de Medicina Legal (IML) de Valencia, donde se concentraron los cuerpos recuperados. A pesar de las condiciones adversas, el equipo trabajó sin descanso, registrando cada cadáver y tomando huellas dactilares. Sin embargo, muchos de los cuerpos habían estado sumergidos en agua durante un tiempo prolongado, lo que dificultó la obtención de huellas. En estos casos, se recurrió a métodos biológicos, utilizando ADN para las identificaciones.
El proceso de identificación fue meticuloso. Cada día, un helicóptero de la Guardia Civil transportaba muestras de ADN desde el IML a la base de Torrejón de Ardoz en Madrid, donde se realizaban los análisis en un laboratorio que funcionaba las 24 horas. La coordinación entre los equipos en el terreno y los laboratorios fue clave para lograr identificar a la mayoría de las víctimas en un tiempo récord, un logro que ha sorprendido a la comunidad internacional.
### Desafíos y Estrategias en la Identificación
Uno de los principales retos durante el proceso de identificación fue la cantidad de cadáveres que llegaron al IML en comparación con el número de denuncias de desaparecidos. En situaciones normales, suelen haber más denuncias que cuerpos, pero en este caso, la situación fue inversa. La dana causó estragos en varias localidades, lo que dificultó que las familias pudieran presentar denuncias. Para abordar este problema, se habilitó la Comandancia de Valencia como centro de recogida de denuncias y se realizaron llamamientos a través de redes sociales y carteles para que las familias se presentaran a informar sobre sus seres queridos.
El equipo de identificación también tuvo que desplazarse a diferentes ciudades, como Barcelona, Madrid, Málaga y Galicia, para recoger muestras de ADN de familiares de las víctimas. En algunos casos, incluso se contó con la colaboración de agregados de la Guardia Civil en el extranjero, como en Marruecos e Inglaterra, para facilitar la identificación de víctimas con familiares que no se encontraban en la zona.
La creación de oficinas ‘ante mortem’ y ‘post mortem’ fue esencial para el proceso. En la primera, se recogían las denuncias de los familiares y se obtenían muestras de ADN. En la segunda, se realizaban las pruebas de identificación de los cuerpos. La integración de datos recopilados en ambas oficinas permitió que el proceso de identificación fuera más ágil y eficiente.
A pesar de los desafíos, el coronel Domínguez enfatiza que no se produjo ningún error en las identificaciones, lo que es un testimonio del profesionalismo y dedicación del equipo. En total, 47 identificaciones se realizaron exclusivamente a través de muestras de ADN debido al deterioro de las huellas dactilares. Este enfoque biológico fue crucial para asegurar que cada víctima fuera identificada correctamente, brindando así un cierre a las familias que habían sufrido la pérdida de sus seres queridos.
La tragedia de la dana ha dejado un impacto profundo en la Comunidad Valenciana, pero la respuesta rápida y efectiva de las autoridades ha demostrado la importancia de la preparación y la coordinación en situaciones de emergencia. La labor del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil no solo ha sido un ejemplo de eficiencia, sino también un modelo a seguir para futuras operaciones de identificación en desastres.
