En la ciudad de Alicante, existe una calle que ha sido objeto de un curioso error histórico durante más de un siglo. La calle Jacinto Maltés, ubicada en el barrio de Carolinas, es un homenaje a un personaje que nunca existió. Este fenómeno ha suscitado el interés de historiadores y vecinos, quienes se preguntan cómo un error de tal magnitud ha perdurado en el tiempo sin ser corregido. La historia de esta calle es un ejemplo fascinante de cómo los errores pueden convertirse en parte del tejido cultural de una comunidad.
### Orígenes del Error
La historia de la calle Jacinto Maltés se remonta a 1920, cuando el concejal Juan Llorca Pillet, responsable de alumbrados, cárceles y cementerios, propuso cambiar el nombre de varias calles en el barrio de Carolinas. En su solicitud, Llorca Pillet pretendía rendir homenaje al sacerdote Juan Bautista Maltés, conocido por su obra «Ilice Ilustrada», un libro que documenta la historia de Alicante en el siglo XVIII. Sin embargo, un error tipográfico o de interpretación llevó a que el Ayuntamiento aprobara el nombre de Jacinto Maltés en lugar del correcto.
Este error fue ratificado sin ningún tipo de verificación, y así, la calle de la Rosa pasó a ser conocida como la calle Jacinto Maltés. Siete años más tarde, en 1927, el Ayuntamiento decidió dedicar otra calle al verdadero homenajeado, el Padre Maltés, pero no corrigió la confusión en el barrio de Carolinas. Desde entonces, Alicante ha tenido dos calles: una dedicada al sacerdote real y otra a un personaje ficticio.
La confusión se ha perpetuado a lo largo de los años, y el nombre de Jacinto Maltés se ha convertido en parte de la identidad del barrio. A pesar de que muchos vecinos no conocen la historia detrás del nombre, la calle ha estado presente en su vida cotidiana. Por ejemplo, durante años, existió una pastelería que llevaba el nombre de «Pastelería Jacinto», lo que demuestra cómo el error se ha integrado en la cultura local.
### La Perpetuación del Error
El caso de Jacinto Maltés no es un fenómeno aislado en el callejero de Alicante. En el mismo año de 1920, se cometió otro error al renombrar la calle de la Calera en honor al General Serrano, a pesar de que este militar ya tenía una calle dedicada en otra parte de la ciudad. Estos deslices han llevado a que algunos historiadores y ciudadanos cuestionen la precisión de los nombres de las calles en Alicante.
Alfredo Campello, un investigador de la historia local, ha sido uno de los principales críticos de estos errores. En su obra «Los nombres de las calles de Alicante, Barrio de Carolinas», Campello señala que la información sobre Jacinto Maltés, que aparece en la placa informativa de la calle, es incorrecta. A pesar de que Gonzalo Vidal Tur, un sacerdote y estudioso de la historia, había afirmado que Jacinto Maltés era el propietario de los terrenos de la zona, esta afirmación ha sido desmentida por Campello, quien asegura que no hay evidencia que respalde dicha afirmación.
La permanencia del nombre de Jacinto Maltés en el callejero de Alicante plantea preguntas sobre la memoria colectiva y la forma en que las comunidades se relacionan con su historia. Muchos vecinos, al ser preguntados sobre el nombre de la calle, expresan sorpresa al enterarse de que el homenajeado nunca existió. Algunos, como Pascual Verdú, un residente del barrio, incluso encuentran humor en la situación, señalando que hay problemas más urgentes que abordar en la comunidad antes de preocuparse por cambiar el nombre de una calle.
La historia de Jacinto Maltés es un recordatorio de que los errores pueden convertirse en parte de la identidad cultural de un lugar. A pesar de que el nombre es incorrecto, ha sido adoptado por los residentes y ha sobrevivido a intentos de revisión y cambio. La calle ha resistido el paso del tiempo y los cambios políticos, manteniendo su nombre a pesar de la falta de fundamento histórico.
### Propuestas para el Futuro
Ante la posibilidad de corregir el error, algunos ciudadanos han propuesto alternativas para renombrar la calle Jacinto Maltés. Una de las sugerencias es cambiar su nombre a Padre Lorenzo López, quien fue coautor de «Ilice Ilustrada» junto al verdadero homenajeado, Juan Bautista Maltés. Esta propuesta no solo corregiría el error, sino que también rendiría homenaje a una figura real que contribuyó a la historia de Alicante.
El caso de Jacinto Maltés es un ejemplo de cómo la historia puede ser malinterpretada y cómo los errores pueden convertirse en parte de la cultura local. A medida que la ciudad de Alicante continúa evolucionando, es importante que los ciudadanos y las autoridades reflexionen sobre la importancia de la precisión histórica en la nomenclatura de sus calles. La historia de Jacinto Maltés es, en última instancia, una lección sobre la memoria, la identidad y la forma en que las comunidades construyen su narrativa colectiva.