El caso de Galin Petrov ha capturado la atención de la sociedad española tras el brutal asesinato de su pareja, Irina Dimitrova, y su hija, Mariya Galinova, en noviembre de 2022. Durante el juicio que se ha llevado a cabo en la Audiencia de Madrid, Petrov ha ofrecido una serie de declaraciones que han dejado a todos atónitos, justificando su acto de violencia extrema con una retórica que ha sido calificada de perturbadora. Este artículo explora los detalles del juicio, las circunstancias del crimen y el contexto emocional que rodea a este trágico suceso.
### Un Crimen Desgarrador
El 6 de noviembre de 2022, en el hogar familiar ubicado en Móstoles, Madrid, se produjo un acto de violencia que ha sido descrito como uno de los más atroces en la memoria reciente del país. Galin Petrov, de 41 años, fue acusado de apuñalar a su esposa Irina, de 28 años, y a su hija Mariya, de seis, en un ataque que dejó a ambas víctimas con múltiples heridas. Según los informes, Irina sufrió 22 lesiones y Mariya 17, lo que indica la brutalidad del ataque.
Durante el juicio, Petrov describió el asesinato de su pareja como un «ataque rápido, al corazón», argumentando que no quería hacerla sufrir. Sin embargo, su relato se tornó aún más inquietante cuando se refirió a su hija, quien, según él, se quedó «bloqueada» y no intentó escapar ni gritar. Este testimonio ha generado una ola de indignación y tristeza en la sociedad, que se pregunta cómo un padre puede justificar un acto tan horrendo.
La Fiscalía ha solicitado 25 años de prisión por el asesinato de Irina y una pena de prisión permanente revisable por el asesinato de Mariya. En contraste, la defensa ha argumentado que Petrov no debería ser juzgado por asesinato, sino por homicidio, solicitando una pena de ocho años por cada uno de los crímenes. El jurado popular se encuentra ahora en la fase de deliberación, y se espera que el veredicto se emita en los próximos días.
### Contexto Emocional y Justificaciones
Uno de los aspectos más perturbadores del juicio ha sido la defensa presentada por Galin Petrov. Durante su declaración, el acusado mencionó haber estado en un estado de depresión y ansiedad, lo que, según él, lo llevó a cometer el crimen. Relató que había estado visitando a su familia en Bulgaria, donde la salud de su abuela y su padre era precaria, lo que le generó una profunda angustia. A su regreso a España, afirmó que se sentía abrumado y que incluso había considerado el suicidio.
Sin embargo, los expertos psiquiatras que le atendieron en el hospital y en prisión han contradicho esta narrativa. A pesar de que Petrov mostraba signos de angustia, no presentaba síntomas de un trastorno psicótico que pudiera haber influido en su comportamiento el día del crimen. Esto ha llevado a la acusación a rechazar la tesis del «suicidio ampliado» y a clasificar el acto como un crimen de violencia de género y violencia vicaria, argumentando que Petrov actuó desde un lugar de poder y control.
Las declaraciones de amigos y familiares también han aportado luz sobre la personalidad de Petrov. Una amiga de Irina lo describió como un hombre «controlador», y se han presentado testimonios que indican que no le gustaba que su pareja tuviera actividades independientes, como ir al gimnasio. Este patrón de comportamiento ha sido crucial para entender el contexto en el que se produjo el crimen.
El juicio ha sido un recordatorio escalofriante de la violencia de género que persiste en la sociedad. La defensa de Petrov ha intentado presentar su caso como el de un hombre que perdió el control debido a su sufrimiento emocional, pero muchos argumentan que esto no justifica en absoluto sus acciones. La violencia contra las mujeres y los niños es un problema grave que requiere atención y acción inmediata por parte de la sociedad y las autoridades.
A medida que el juicio avanza, la comunidad espera un veredicto que no solo haga justicia por Irina y Mariya, sino que también envíe un mensaje claro sobre la intolerancia hacia la violencia de género. La historia de Galin Petrov es un trágico recordatorio de que detrás de cada acto de violencia hay un contexto complejo que debe ser abordado para prevenir futuros crímenes y proteger a las víctimas.
El caso ha resonado en las redes sociales y ha generado un debate sobre la necesidad de una mayor educación y recursos para abordar la violencia de género. La sociedad no puede permanecer indiferente ante estos actos, y es fundamental que se tomen medidas para garantizar la seguridad de las mujeres y los niños en todos los ámbitos de la vida.