En un episodio que ha captado la atención de la opinión pública, una mujer denunció a su jefe por agresión sexual tras un encuentro en un aparcamiento de Alcalá de Henares, Madrid. La denuncia, presentada el 7 de febrero, describe un incidente que ha sido calificado como surrealista por la propia denunciante. La mujer alegó que su superior, un directivo de una empresa con sede en Barcelona, le propuso darle «azotes» durante una reunión de trabajo. Este caso ha generado un intenso debate sobre el acoso laboral y la interpretación de las relaciones entre superiores y subordinados en el entorno laboral.
El encuentro, que se llevó a cabo en un día lluvioso, comenzó con un intercambio de mensajes de WhatsApp entre ambos, donde el jefe hacía referencias humorísticas sobre dar «capones» y «azotes» a la empleada. Según la denuncia, cuando la mujer se subió al coche de su jefe, él le sugirió ir a la parte trasera del vehículo, donde supuestamente le dio unos azotes mientras contaba en voz alta. Tras el incidente, la mujer se sintió incómoda y decidió llamar a la policía, alegando que había sido víctima de una agresión sexual.
La investigación posterior llevó al juez a archivar la denuncia, argumentando que las pruebas presentadas por la defensa del directivo, incluyendo mensajes y audios de WhatsApp, mostraban un contexto de humor consensuado entre ambos. La defensa argumentó que los mensajes reflejaban un ambiente distendido y que no había indicios de presión o intimidación durante el encuentro. La mujer, por su parte, ha recurrido esta decisión judicial, lo que ha mantenido el caso en el ojo público.
### Mensajes que Marcan la Diferencia
Los mensajes intercambiados entre la empleada y su jefe antes del encuentro son fundamentales para entender la dinámica de su relación. En varias ocasiones, el jefe hizo referencia a la posibilidad de dar «capones» si la empleada no cumplía con sus tareas. Un mensaje enviado el 24 de enero, dos semanas antes de la reunión, decía: «Cuando acabemos de trabajar ni de coña quiero que me hables de trabajo, o te juro que añado capones despiadadamente (y van 25)… Quiero después tapear y dar una vuelta larga, muy larga, sin prisa». La respuesta de la mujer fue un emoticono sonriente, lo que sugiere que ella no tomó estas insinuaciones de manera seria.
El día anterior al encuentro, la mujer envió un audio a su jefe en el que bromeaba sobre los azotes, diciendo: «Espero que los azotes no sean con correas de cuero (risas)». El jefe respondió con más mensajes que continuaban en la misma línea humorística, lo que refuerza la idea de que ambos compartían un tipo de relación que podría ser interpretada de diferentes maneras. Sin embargo, la interpretación de estos mensajes se ha vuelto crucial en el contexto de la denuncia, ya que la defensa sostiene que no hay base para considerar que se trató de un acto de agresión sexual.
### La Grabación y el Contexto
El juez también se basó en una grabación de vídeo de una cámara de seguridad en el aparcamiento, que muestra cómo la mujer se sube al coche del jefe sin que se detecte ninguna actitud intimidatoria por parte de él. La grabación muestra que ambos estaban en el vehículo durante un minuto y medio antes de que la mujer decidiera salir. Este detalle ha sido clave para la decisión del juez de archivar el caso, ya que sugiere que no hubo coerción en el encuentro.
La mujer, tras el incidente, describió la situación como «surrealista» y afirmó que nunca pensó que su jefe hablara en serio sobre los azotes. Sin embargo, su reacción inmediata fue llamar a la policía, lo que indica que se sintió amenazada por la situación. La defensa del directivo ha argumentado que los mensajes y la grabación de vídeo demuestran que no hubo agresión, sino un malentendido en el contexto de una relación laboral que incluía bromas de carácter sexual.
Este caso ha abierto un debate sobre los límites del humor en el entorno laboral y cómo las interacciones entre jefes y empleados pueden ser interpretadas de maneras muy distintas. La percepción de lo que constituye acoso o agresión sexual puede variar significativamente dependiendo del contexto y de la relación previa entre las partes involucradas. La decisión del juez de archivar el caso ha sido recurrida por la denunciante, lo que sugiere que el tema seguirá siendo objeto de discusión en el ámbito legal y social.