Un grupo de refugiados palestinos ha llevado su lucha por la justicia laboral a los tribunales, denunciando condiciones de trabajo inhumanas en las obras del emblemático Camp Nou en Barcelona. Estos trabajadores, que llegaron a España huyendo de la guerra en su país, han sido empleados por subcontratas que operan en el proyecto de remodelación del estadio del FC Barcelona. A través de testimonios desgarradores, han expuesto jornadas laborales excesivas, salarios injustos y amenazas constantes por parte de sus empleadores.
Las condiciones laborales que han denunciado estos refugiados son alarmantes. Según sus relatos, las jornadas de trabajo superan las 10 horas diarias, a menudo extendiéndose hasta los siete días de la semana. A pesar de las largas horas, sus salarios son notablemente inferiores a lo estipulado en el convenio colectivo. La situación ha llevado a al menos cinco de ellos a presentar demandas por despido irregular, tras ser despedidos por reclamar sus derechos laborales.
La empresa encargada de las obras, Limak, ha sido objeto de críticas por la gestión de sus subcontratas. Aunque Limak asegura que se esfuerza por mantener un ambiente laboral respetuoso y profesional, las denuncias de los trabajadores sugieren lo contrario. La subcontrata Opportunity of a Lifetime SL, para la que trabajaban los refugiados, ha sido acusada de prácticas laborales abusivas, incluyendo la falta de pago de horas trabajadas y coacción para devolver parte de los salarios recibidos.
### Testimonios de la Realidad Laboral
Los relatos de los refugiados son impactantes y revelan una realidad que muchos desconocen. Marwan, uno de los trabajadores, llegó a Barcelona en marzo de 2024. Después de un breve periodo en un restaurante, decidió probar suerte en las obras del Camp Nou. Sin embargo, su experiencia fue breve y amarga. «Siempre me pedían que me quedara a hacer más horas. Un día, tras quejarme de que no podía quedarme hasta tan tarde, me dijeron que no volviera más», recuerda Marwan, quien se vio obligado a dejar el trabajo por la falta de condiciones adecuadas.
Omar, otro de los denunciantes, relata que trabajaba todos los días de la semana, con apenas un par de días de descanso. Su salud se vio afectada por las largas jornadas, desarrollando una dolencia en la rodilla que lo llevó a buscar atención médica. Sin embargo, al informar a la empresa sobre su situación, fue despedido. «Era muy duro, desde el primer día pensé en dejarlo, pero necesitaba el dinero para mi familia», confiesa Omar, quien finalmente decidió dejar Barcelona en busca de mejores oportunidades en Alemania.
Ahmed, otro trabajador, también ha denunciado irregularidades en su salario. Muestra su nómina, que indica un pago de más de 1.000 euros, pero el monto que realmente recibió fue inferior a 700 euros. Este tipo de fraude es común en el sector de la construcción, donde las empresas suelen manipular los salarios y coaccionar a los empleados para que devuelvan parte de su salario bajo amenazas de despido.
### La Respuesta de las Empresas y el Futuro de los Trabajadores
La empresa Limak ha respondido a las acusaciones, afirmando que aunque Opportunity of a Lifetime no está directamente subcontratada por ellos, se les exige cumplir con los estándares laborales y legales. Sin embargo, la falta de acción por parte de las subcontratas y la continua explotación de los trabajadores han generado un clima de desconfianza y miedo entre los empleados.
Los refugiados palestinos, que llegaron a Barcelona buscando un nuevo comienzo, se enfrentan ahora a una dura realidad laboral que no solo pone en riesgo su bienestar físico, sino que también afecta su dignidad como trabajadores. La situación ha llevado a organizaciones como el Col·lectiu Ronda a presentar demandas por despido ilegal, buscando justicia para aquellos que han sido explotados en el proceso de construcción de uno de los estadios más icónicos del mundo.
La lucha de estos refugiados no solo es una batalla por sus derechos laborales, sino también un llamado a la conciencia social sobre la explotación que sufren muchos trabajadores en la industria de la construcción. A medida que sus casos avanzan en los tribunales, la esperanza de un cambio en las condiciones laborales para ellos y otros trabajadores vulnerables se mantiene viva. La historia de estos refugiados es un recordatorio de que detrás de cada proyecto de gran envergadura, como la remodelación del Camp Nou, hay vidas humanas que merecen respeto y dignidad.