La reciente polémica en torno a la adjudicación de las obras del desdoblamiento de los túneles de Belate ha puesto en el centro del debate político a Óscar Chivite, consejero de Cohesión Territorial del Gobierno de Navarra. En una sesión del Senado, Chivite defendió la legalidad de la adjudicación a una empresa vinculada a Santos Cerdán, un exdiputado del PSOE que actualmente enfrenta serias acusaciones de corrupción. Este caso ha generado un intenso escrutinio sobre la transparencia en los procesos de contratación pública en la comunidad foral.
### La Adjudicación y las Irregularidades Denunciadas
La obra del desdoblamiento de los túneles de Belate, que costó 76 millones de euros, fue adjudicada a un consorcio que incluía a Servinabar 2000 Obras y Servicios S.L., una empresa de escasa experiencia en grandes proyectos. La adjudicación ha sido objeto de críticas y denuncias por supuestas irregularidades durante el proceso de licitación, que se llevó a cabo en 2024. Chivite, en su defensa, argumentó que la adjudicación fue auditada por la Cámara de Comptos, el tribunal de cuentas de Navarra, que no encontró ninguna ilegalidad en el proceso.
Sin embargo, la senadora de UPN, María Caballero, ha cuestionado la transparencia de la adjudicación, sugiriendo que la obra fue concedida a una UTE (Unión Temporal de Empresas) que incluía a Cerdán. Este hecho ha llevado a una serie de interrogantes sobre la influencia de Cerdán en el proceso y su relación con los adjudicatarios. La situación se complica aún más con la revelación de un contrato entre Cerdán y Antxon Alonso, propietario de Servinabar, que data de 2016, lo que sugiere una conexión más profunda entre ambos.
### La Respuesta de Chivite y el Contexto Político
Durante su intervención en el Senado, Chivite se mostró firme en su defensa, afirmando que no es cierto que la obra se adjudicara a una empresa de Cerdán. Aseguró que ni él ni otros miembros del gobierno participaron en el proceso de adjudicación, intentando desvincularse de cualquier acusación de corrupción. Sin embargo, su defensa no ha logrado calmar las críticas de la oposición, que continúa exigiendo una investigación más profunda sobre las adjudicaciones de obras públicas en Navarra.
La situación se ha vuelto aún más tensa debido a la implicación de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que está investigando la trama de corrupción que involucra a Cerdán y otros miembros del PSOE. La UCO ha estado recopilando información sobre diversas adjudicaciones de obras en Navarra, y el caso de los túneles de Belate es solo uno de los muchos que están bajo el microscopio.
El escándalo ha puesto de relieve la necesidad de una mayor transparencia en la gestión de los contratos públicos, especialmente en un contexto donde la confianza en las instituciones está en juego. La comunidad foral se enfrenta a un momento crítico, donde la percepción de corrupción puede tener un impacto significativo en la política local y en la confianza de los ciudadanos en sus representantes.
### Implicaciones para el Futuro de la Política en Navarra
La controversia en torno a la adjudicación de los túneles de Belate no solo afecta a los involucrados directamente, sino que también plantea preguntas sobre el futuro de la política en Navarra. La presión sobre Chivite y su gobierno podría llevar a un cambio en la forma en que se gestionan las adjudicaciones de obras públicas, así como a una revisión de las políticas de transparencia y rendición de cuentas.
Además, el caso podría influir en las próximas elecciones, ya que los votantes están cada vez más preocupados por la corrupción y la falta de transparencia en la gestión pública. Los partidos de oposición están capitalizando esta situación para cuestionar la legitimidad del gobierno actual y proponer reformas que garanticen una mayor vigilancia en los procesos de adjudicación.
En este contexto, es crucial que se mantenga un diálogo abierto y constructivo sobre la necesidad de reformas en la gestión pública. La confianza de los ciudadanos en sus instituciones depende de la capacidad de los líderes políticos para abordar estas preocupaciones de manera efectiva y transparente. La situación actual en Navarra es un recordatorio de que la corrupción puede tener consecuencias de largo alcance, no solo para los individuos involucrados, sino también para la salud de la democracia y la confianza pública en las instituciones.