La playa de Port Saplaya, ubicada en Alboraia, permanecerá cerrada durante varios días más debido a la detección de niveles elevados de contaminación en sus aguas. Esta decisión, tomada por el Ayuntamiento de Alboraia, busca garantizar la seguridad de los bañistas, quienes no podrán disfrutar de este popular destino de verano hasta que se realicen nuevos análisis que confirmen la salubridad del agua.
### Situación Actual de la Playa
Desde el viernes, las autoridades locales han estado monitoreando la calidad del agua en Port Saplaya, donde se han encontrado residuos contaminantes que desaconsejan el acceso a la playa. Los técnicos han indicado que los parámetros microbiológicos siguen siendo preocupantes, lo que ha llevado a la decisión de mantener la playa cerrada por un tiempo adicional. Se espera que el próximo lunes se realicen nuevos análisis para evaluar si es seguro reabrir la playa al público.
La contaminación en esta zona costera se ha vinculado a las recientes lluvias intensas que han afectado a la provincia, lo que ha provocado un aumento en los vertidos de aguas residuales a las acequias que desembocan en el mar. Esta situación no es nueva para los residentes de Alboraia, quienes han enfrentado problemas similares en años anteriores, especialmente durante los meses de verano, cuando la afluencia de turistas aumenta significativamente.
El Ayuntamiento ha expresado su preocupación por la situación y ha solicitado a la Conselleria de Medio Ambiente una solución definitiva para los vertidos que afectan a las playas de la localidad. La administración local ha implementado varias medidas para abordar el problema, como el aumento de los puntos de control y la planificación de un proyecto para desviar la acequia Mortera hacia la depuradora. Además, se están considerando la instalación de estaciones de control de vertidos en el polígono industrial cercano.
### Impacto en la Comunidad y Medidas a Futuro
La contaminación en la playa de Port Saplaya no solo afecta a los bañistas, sino que también tiene un impacto significativo en la economía local, que depende en gran medida del turismo. Durante el verano del año pasado, la playa estuvo prácticamente cerrada al baño durante los meses de julio y agosto, lo que generó una pérdida considerable de ingresos para los negocios locales. La situación actual ha llevado a los residentes y comerciantes a expresar su frustración y preocupación por el futuro de la playa y su capacidad para atraer visitantes.
El Ayuntamiento de Alboraia ha estado trabajando en colaboración con diferentes entidades para encontrar soluciones a largo plazo. Han denunciado el problema a la Confederación Hidrográfica del Júcar, instando a que se tomen medidas para mitigar los vertidos que afectan la calidad del agua en la playa. La administración local también ha enfatizado la importancia de la colaboración entre municipios para abordar el problema de la contaminación, ya que muchos de los vertidos provienen de acequias que atraviesan varias localidades antes de llegar al mar.
La situación en Port Saplaya es un recordatorio de la necesidad de una gestión adecuada de los recursos hídricos y de la infraestructura necesaria para garantizar la calidad del agua en las playas. La comunidad espera que las autoridades tomen medidas efectivas para resolver este problema de manera definitiva, permitiendo así que la playa vuelva a ser un lugar seguro y atractivo para los bañistas.
Mientras tanto, los residentes y visitantes de Alboraia deberán esperar a que se realicen los nuevos análisis y se tomen decisiones sobre la reapertura de la playa. La situación actual ha generado un debate sobre la importancia de la protección del medio ambiente y la necesidad de invertir en infraestructuras que prevengan la contaminación en el futuro. La comunidad está atenta a las acciones que se tomen en los próximos días, con la esperanza de que la playa de Port Saplaya pueda reabrir pronto y volver a ser un lugar de disfrute para todos.