El pasado 12 de junio, el Palacio Real de Madrid fue el escenario de una ceremonia conmemorativa que celebraba el 40 aniversario de la adhesión de España a la Unión Europea. Este evento, que reunió a figuras destacadas como el rey Felipe VI y el presidente Pedro Sánchez, se convirtió en un foco de atención no solo por su relevancia institucional, sino también por una inesperada controversia relacionada con las invitaciones enviadas para la ocasión.
La controversia comenzó cuando se reveló que la Casa Real había cometido un error de protocolo al invitar a dos personas con el mismo nombre: Patricia Fernández. La invitación original estaba destinada a una divulgadora cultural, especializada en derechos humanos y asuntos europeos, pero terminó en manos de otra Patricia Fernández, conocida como Patricia Fernández Arroyo, una influencer de estilo de vida con más de dos millones de seguidores en Instagram. Este desliz ha generado un debate sobre la legitimidad de la presencia de la influencer en un evento de tal magnitud.
### La defensa de la influencer
Patricia Fernández Arroyo, quien asistió al evento, defendió su presencia argumentando que la invitación fue enviada a su correo y que, por lo tanto, tenía todo el derecho a estar allí. En sus declaraciones, expresó su orgullo por haber sido invitada a un acto tan significativo y destacó su conexión personal con el tema, ya que nació en 1985, el mismo año en que se firmó el Tratado de Adhesión de España a las Comunidades Europeas. La influencer también mencionó que había creado contenido relacionado con Europa y sostenibilidad, lo que, según ella, justificaba su participación en el evento.
«Soy influencer y divulgadora, he creado contenido para Europa sobre sostenibilidad y, además, nací en el año 1985, el mismo en el que se firmó el Tratado de Adhesión de España a las Comunidades Europeas», afirmó Fernández Arroyo. Sin embargo, su defensa no ha sido suficiente para calmar las aguas, ya que la divulgadora cultural original también ha expresado su desconcierto y ha confirmado que la organización del evento reconoció el error en las invitaciones.
### La confusión se complica
La situación se tornó aún más confusa cuando una tercera Patricia Fernández fue mencionada en la discusión. Patricia Fernández Vicens, abogada y Premio Nacional de Derechos Humanos 2022, también podría haber sido la destinataria original de la invitación. A diferencia de las otras dos, Fernández Vicens ha decidido no pronunciarse sobre el asunto, lo que ha dejado a muchos preguntándose quién era realmente la invitada correcta.
La divulgadora cultural, Patricia Fernández, ha manifestado su sorpresa al enterarse de que la invitación había sido mal dirigida. En sus declaraciones, confirmó que la organización del evento le había comunicado que efectivamente hubo un error en las invitaciones y que se estaba trabajando para aclarar la situación. «Pensaba que el tema se iba a zanjar con toda la información que la organización me ha trasladado. Dadas las últimas actualizaciones, el tema está en manos de los responsables y se darán las explicaciones pertinentes», comentó.
La controversia ha generado un debate más amplio sobre el papel de los influencers en eventos institucionales y su legitimidad para representar a temas de gran importancia social y política. Mientras algunos defienden la inclusión de figuras influyentes en estos espacios, otros argumentan que la invitación debería estar reservada para expertos en la materia.
### Reacciones en redes sociales
Las redes sociales han sido un hervidero de opiniones sobre este incidente. Muchos usuarios han expresado su apoyo a la influencer, argumentando que su presencia en el evento es un reflejo de la nueva era digital en la que las voces de los influencers son cada vez más relevantes. Otros, sin embargo, han criticado la situación, sugiriendo que la Casa Real debería haber sido más cuidadosa al seleccionar a los invitados para un evento de tal envergadura.
La polémica ha puesto de manifiesto la necesidad de una mayor claridad en los protocolos de invitación a eventos oficiales, especialmente cuando se trata de figuras públicas que pueden tener un impacto significativo en la percepción pública de temas importantes. A medida que la discusión continúa, la Casa Real se enfrenta al reto de gestionar la situación y proporcionar las aclaraciones necesarias para resolver el malentendido.
En resumen, el 40 aniversario de la adhesión de España a la Unión Europea no solo ha sido un momento de celebración, sino también un recordatorio de los desafíos que surgen en la intersección entre la tradición institucional y la modernidad de las redes sociales. La confusión en las invitaciones ha abierto un debate sobre la representación y la legitimidad en un mundo donde las fronteras entre lo público y lo privado son cada vez más difusas.