La violencia en el entorno escolar ha alcanzado niveles alarmantes en los últimos años, y un reciente incidente en València ha puesto de manifiesto la gravedad de esta situación. Una madre agredió a la directora del colegio Cervantes tras una queja de su hijo sobre un conflicto con otros niños. Este acto de violencia ha sido condenado enérgicamente por la Asociación de Directores de la Escuela Pública (Adep-PV), que ha expresado su preocupación por la creciente vulnerabilidad de los equipos directivos y el personal docente en las escuelas. En su comunicado, la asociación subraya que es inaceptable que en pleno siglo XXI, los educadores se enfrenten a amenazas y agresiones en el ejercicio de su labor.
La Adep-PV ha solicitado medidas urgentes a la Conselleria de Educación para proteger a los docentes y garantizar un entorno escolar seguro. La situación actual, donde los conflictos a menudo se resuelven con agresiones en lugar de diálogo, es insostenible. La escalada de incidentes en las aulas ha sido notable desde la pandemia, con un aumento significativo en el número de agresiones y conflictos. Según datos de la Conselleria de Educación, los incidentes en el aula se han triplicado desde el curso 2020-21, pasando de 3,600 a 11,353 en el último año.
Este aumento ha llevado a la creación de un nuevo decreto de convivencia que endurece las sanciones para los estudiantes que agreden a compañeros o profesores. Este decreto no solo se aplica a las agresiones dentro del centro educativo, sino que también abarca situaciones que ocurren fuera de la escuela pero que están relacionadas con la actividad escolar. La necesidad de un enfoque más riguroso para abordar la violencia en las escuelas es evidente, y la administración educativa ha comenzado a tomar medidas al respecto.
La directora agredida ha recibido apoyo de la Conselleria, que ha ofrecido asistencia jurídica y ha enviado a la inspección educativa al centro para evaluar la situación. Sin embargo, la realidad es que este tipo de incidentes no son aislados. El sindicato Stepv ha señalado que la violencia en las escuelas es un problema recurrente y ha pedido que la Conselleria presente denuncias de oficio en casos de agresiones a docentes. La falta de medidas claras para abordar la conducta violenta de las familias también ha sido criticada, lo que pone de relieve la necesidad de un enfoque integral que contemple tanto los derechos de los estudiantes como las responsabilidades de los padres.
**La Escalada de Incidentes en las Aulas**
La violencia en las escuelas no es un fenómeno nuevo, pero su aumento en los últimos años ha sido notable. Desde 2013, el número de incidentes ha ido en aumento, coincidiendo con una mayor conciencia sobre problemas como el bullying. Sin embargo, la pandemia ha exacerbado esta situación, llevando a un incremento exponencial de los conflictos en las aulas. La creación del nuevo decreto de convivencia es una respuesta a esta crisis, que busca establecer un marco más claro para abordar las agresiones y fomentar un ambiente de respeto y seguridad en las escuelas.
El decreto clasifica las conductas en dos categorías: leves y graves. Las infracciones leves incluyen comportamientos como el pasotismo en el aula o comentarios inapropiados hacia el profesorado, mientras que las graves abarcan agresiones físicas, acoso, amenazas y conductas que pongan en riesgo la integridad de otros. Esta simplificación en la tipología de las conductas busca agilizar los procesos disciplinarios y permitir una respuesta más rápida ante situaciones de violencia.
Además, el decreto incluye la prohibición del uso de teléfonos móviles en las aulas, una medida que busca reducir las distracciones y fomentar un ambiente de aprendizaje más productivo. La ampliación del rango de acción de los centros educativos para abordar conductas que ocurren fuera del recinto escolar también es un paso importante hacia la creación de un entorno más seguro para todos los estudiantes y el personal docente.
**El Rol de la Administración Educativa**
La administración educativa tiene un papel crucial en la implementación de medidas que garanticen la seguridad en las escuelas. La Conselleria de Educación ha comenzado a tomar medidas al respecto, pero la efectividad de estas acciones dependerá de su compromiso para abordar la raíz del problema. La violencia en las escuelas no solo afecta a los docentes, sino que también tiene un impacto significativo en el bienestar de los estudiantes y en el ambiente educativo en general.
La colaboración entre la administración, los docentes y las familias es esencial para crear un entorno escolar seguro y respetuoso. Es fundamental que se establezcan protocolos claros para abordar las agresiones y que se fomente una cultura de diálogo y resolución pacífica de conflictos. La educación en valores y la promoción de la empatía y el respeto deben ser pilares fundamentales en la formación de los estudiantes.
La situación actual en las escuelas de València es un reflejo de un problema más amplio que afecta a la educación en todo el país. La violencia en las aulas es un desafío que requiere una respuesta coordinada y efectiva por parte de todos los actores involucrados. La creación de un entorno escolar seguro es responsabilidad de todos, y es imperativo que se tomen medidas concretas para abordar esta crisis de manera integral.