La planta de Ford en Almussafes, Valencia, se enfrenta a uno de los veranos más inciertos de su historia. Con una producción que ha caído a mínimos históricos y un futuro que depende de decisiones estratégicas cruciales, los trabajadores se encuentran en una situación delicada. Desde el 4 de agosto, la planta ha entrado en un periodo de cese de actividad por vacaciones, pero la preocupación por el futuro persiste entre los empleados.
La sección sindical de UGT en la factoría ha expresado su inquietud sobre la escasa carga de trabajo actual. Actualmente, solo se está produciendo un modelo, el Kuga, y la plantilla se ha visto obligada a aceptar un ERTE RED, un expediente de regulación temporal de empleo que busca garantizar la estabilidad laboral en tiempos de crisis. Este ERTE se extenderá por dos años y tiene como objetivo evitar despidos masivos, que podrían afectar a cerca de mil trabajadores.
### La Electrificación y sus Desafíos
Uno de los principales retos que enfrenta Ford Almussafes es la transición hacia la electrificación. La planta está a la espera de la asignación de un nuevo modelo multienergía, cuya producción no comenzará hasta 2027. Este retraso ha generado incertidumbre, especialmente porque la producción programada se ha reducido de 300,000 a 209,000 unidades anuales. La sección sindical ha señalado que los planes iniciales se han visto alterados por los contratiempos en la Unión Europea relacionados con la electrificación del automóvil.
A pesar de estos desafíos, UGT-Ford ha manifestado su compromiso de buscar soluciones para mantener el empleo. La dirección de la planta y el comité de empresa han alcanzado acuerdos que, según afirman, garantizan el futuro de Almussafes. Sin embargo, la situación sigue siendo tensa, ya que la planta se encuentra en el peor momento productivo de su historia, con una producción de solo 60,895 coches en los primeros siete meses del año, lo que representa una reducción del 25% en comparación con el año anterior.
La competencia en el mercado de vehículos eléctricos también representa un desafío significativo. Ford ha reconocido que la venta de modelos eléctricos fabricados en Colonia, como el Explorer, está muy por debajo de la de competidores como Volkswagen y BMW. Además, la planta de Almussafes ha visto recortada su producción de híbridos, lo que ha generado preocupación entre los trabajadores sobre la viabilidad de la planta en el futuro.
### Ayudas y Compromisos del Gobierno
En medio de esta incertidumbre, la Generalitat ha aprobado 35,2 millones de euros en ayudas para Ford y la industria auxiliar. Estas ayudas están destinadas a complementar las prestaciones de los trabajadores que se encuentran bajo el Mecanismo RED. Un total de 5,980 trabajadores se beneficiarán de estas ayudas, que varían según los rangos de cotización. El presidente de la Generalitat ha destacado la importancia de simplificar la burocracia en la tramitación de estas ayudas, lo que podría aliviar la carga financiera de los empleados durante este periodo crítico.
A pesar de los esfuerzos por parte de la dirección de Ford y el gobierno regional, los trabajadores siguen sintiendo la presión de un futuro incierto. La planta de Almussafes ha sido un pilar fundamental en la industria automotriz española, y su situación actual plantea preguntas sobre la sostenibilidad de la producción en el contexto de la transición hacia la movilidad eléctrica.
La industria auxiliar valenciana también se encuentra en una situación delicada, esperando la decisión de Ford sobre las empresas que suministrarán las piezas para el futuro modelo. La incertidumbre sobre los aranceles que podrían aplicarse a los coches fabricados en Europa que se vendan en Estados Unidos añade otra capa de complejidad a la situación. La competencia de los fabricantes de vehículos eléctricos chinos, que han mostrado un avance significativo en tecnología y presencia en el mercado, también representa un desafío para Ford a nivel global.
En este contexto, la compañía está trabajando en el desarrollo de un modelo económico que compita con Tesla y otras marcas chinas. Este nuevo vehículo busca combinar un precio accesible, buena autonomía y una producción a gran escala, con el objetivo de atraer a un público masivo y competir en un mercado que se está volviendo cada vez más competitivo.
Mientras tanto, los trabajadores de Ford Almussafes se preparan para un verano de incertidumbre, con la esperanza de que las decisiones que se tomen en los próximos meses puedan garantizar la viabilidad de la planta y la seguridad de sus empleos. La situación actual es un recordatorio de los desafíos que enfrenta la industria automotriz en un mundo en constante cambio, donde la electrificación y la competencia global son factores determinantes para el futuro.