La reciente subida de la inflación en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha captado la atención de economistas y ciudadanos por igual. En junio de 2025, la inflación repuntó dos décimas, alcanzando un 4,2%. Este incremento ha sido atribuido principalmente a la evolución de los precios de la energía, que, tras dos meses de cifras negativas, volvió a mostrar un crecimiento interanual positivo. Este artículo explora las causas y consecuencias de este fenómeno inflacionario en los países miembros de la OCDE, así como su impacto en la economía global.
La inflación en la OCDE ha mostrado un comportamiento diverso entre sus 38 países miembros. En junio, 21 de estos países experimentaron un aumento en sus tasas de inflación, mientras que en siete, incluyendo cuatro naciones latinoamericanas, la tendencia fue a la baja. Este contraste resalta la complejidad de la situación económica actual y cómo diferentes factores pueden influir en la inflación de manera distinta en cada país. Por ejemplo, Costa Rica reportó una inflación negativa del 0,2%, continuando con una tendencia a la baja que ya se había observado en mayo. En contraste, otros países como Chile, Colombia y México vieron ligeras disminuciones en sus tasas de inflación, pero aún se mantuvieron en niveles positivos.
### Factores que Impulsan la Inflación
Uno de los principales motores detrás del aumento de la inflación en la OCDE ha sido el precio de la energía. En junio, los precios de la energía subieron un 0,9% en comparación con el mismo mes del año anterior, lo que contrasta con la variación interanual negativa del -0,3% registrada un mes antes. Este cambio en la tendencia de los precios energéticos ha tenido un efecto directo en la inflación general, ya que la energía es un componente crucial en la mayoría de los índices de precios al consumidor.
Además de la energía, otros factores también han contribuido al aumento de la inflación. La recuperación económica post-pandemia ha llevado a un aumento en la demanda de bienes y servicios, lo que, combinado con problemas en la cadena de suministro, ha generado presiones inflacionarias. La guerra en Ucrania y sus repercusiones en los mercados globales también han influido en los precios de las materias primas, exacerbando la situación inflacionaria en muchos países.
En la zona euro, la inflación también mostró un ligero aumento, alcanzando el 2% en junio. Sin embargo, España experimentó un incremento más significativo, con la inflación subiendo tres décimas hasta el 2,3%. Este aumento se debió en gran parte a que la disminución interanual de los precios de la energía fue menos pronunciada que en meses anteriores, lo que indica que la situación en el sector energético sigue siendo volátil y puede tener repercusiones en la economía en el futuro.
### Comparativa Internacional
Al observar la inflación en otras grandes economías, se puede notar que la tendencia no es uniforme. En Estados Unidos, la inflación también se incrementó en tres décimas, alcanzando el 2,7%. Este aumento, al igual que en la OCDE, fue impulsado por el sector energético. Por otro lado, en economías emergentes como China y Argentina, la situación es aún más compleja. En China, la inflación se mantuvo en un bajo 0,1%, mientras que en Argentina, aunque la inflación sigue siendo alarmante con un 39,4%, se ha observado una tendencia a la baja respecto al mes anterior, donde se registró un 43,5%. Esto sugiere que, a pesar de los altos niveles de inflación, hay señales de que la economía argentina podría estar comenzando a estabilizarse.
La disparidad en las tasas de inflación entre los países de la OCDE y las economías emergentes pone de manifiesto la complejidad del entorno económico global. Mientras que algunos países luchan por controlar la inflación, otros enfrentan desafíos diferentes, como el estancamiento económico o la deflación. Esta situación resalta la necesidad de políticas económicas adaptativas que puedan responder a las condiciones cambiantes de cada país.
En resumen, el aumento de la inflación en la OCDE es un fenómeno multifacético que refleja tanto la recuperación económica post-pandemia como las tensiones geopolíticas y los problemas en la cadena de suministro. A medida que los países continúan navegando por estos desafíos, será crucial observar cómo se desarrollan las políticas económicas y cómo estas pueden influir en la inflación en los próximos meses.