El sector ganadero de la Comunitat Valenciana enfrenta una creciente preocupación debido a los ataques de buitres que han comenzado a afectar a diversas explotaciones en la comarca de Los Serranos. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) ha emitido una alerta tras constatar que estas aves carroñeras están ampliando su ámbito de acción, atacando no solo al ganado vacuno, como era habitual, sino también a ovejas y cabras. Este fenómeno ha generado un impacto significativo en la ganadería local, donde los ganaderos se ven obligados a lidiar con la pérdida de animales y el estrés que esto provoca en sus rebaños.
Desde junio, el ganadero Óscar Morales ha sido testigo de varios ataques que han resultado en la muerte de una treintena de cabritos en sus explotaciones ubicadas en Alpuente, Aras de los Olmos y Tuéjar. Morales ha compartido su experiencia, describiendo cómo los buitres acechan a los animales más vulnerables y son capaces de devorar un cabrito en cuestión de minutos, dejando solo el pellejo. Esta situación no solo afecta a la economía de los ganaderos, sino que también plantea serios riesgos para la salud de los animales sobrevivientes, que pueden experimentar estrés severo, lo que podría llevar a abortos y otros trastornos.
La preocupación no se limita a la muerte de los animales. Antonio Miguel Álvaro, responsable de la sectorial de ovino-caprino de AVA-Asaja, ha reportado la pérdida de dos ovejas adultas a causa de los buitres. Además, ha señalado que estos animales también contaminan los abrevaderos, lo que obliga al ganado a desplazarse a otras fuentes de agua, un proceso que puede ser perjudicial, especialmente en las altas temperaturas del verano. La burocracia que rodea la obtención de ayudas compensatorias añade una carga adicional a los ganaderos, quienes ya enfrentan desafíos significativos en su labor diaria.
La AVA-Asaja ha solicitado a las administraciones que tomen medidas efectivas para prevenir estos ataques y que, en caso de siniestros, se proporcionen indemnizaciones que reflejen los daños reales sufridos por las explotaciones. Una de las principales demandas es la creación de un censo actualizado de la población de buitres en la Comunitat Valenciana y en las regiones colindantes. Esto permitiría evaluar si existe un exceso de estas aves y tomar decisiones informadas sobre cómo proteger las explotaciones ganaderas.
Además, la organización agraria ha propuesto implementar medidas preventivas en los abrevaderos y balsas de las explotaciones ganaderas para evitar que los buitres contaminen el agua que necesitan los animales. También se ha sugerido mejorar la gestión de los muladares, donde las aves carroñeras puedan encontrar suficiente alimento, lo que podría reducir la necesidad de buscar comida en las granjas. Estas acciones son fundamentales para garantizar la seguridad y la salud del ganado, así como para proteger la viabilidad económica de las explotaciones ganaderas en la región.
La situación actual pone de relieve la complejidad de la convivencia entre la fauna silvestre y la actividad ganadera. Los buitres, que desempeñan un papel ecológico importante como carroñeros, se ven impulsados a buscar alimento en las granjas debido a la escasez de recursos en su hábitat natural. Esto plantea un dilema para los ganaderos, quienes deben encontrar un equilibrio entre la conservación de la biodiversidad y la protección de sus medios de vida.
La AVA-Asaja ha instado a las autoridades a actuar con rapidez y eficacia para abordar esta problemática. La falta de acción podría llevar a un aumento en la frecuencia de estos ataques, lo que a su vez podría tener consecuencias devastadoras para el sector ganadero de la Comunitat Valenciana. Los ganaderos, que ya enfrentan numerosos desafíos, desde la fluctuación de los precios hasta las condiciones climáticas adversas, no pueden permitirse lidiar con una amenaza adicional que comprometa su sustento.
En resumen, la alerta emitida por AVA-Asaja refleja una preocupación legítima por la seguridad del ganado en la Comunitat Valenciana. Los ataques de buitres no solo representan una pérdida económica inmediata, sino que también generan un impacto a largo plazo en la salud y el bienestar de los animales. La colaboración entre ganaderos y administraciones es esencial para encontrar soluciones efectivas que protejan tanto a la fauna silvestre como a la actividad ganadera, garantizando así un futuro sostenible para ambos.