Un incendio intencionado en la planta de Psiquiatría del Hospital La Fe de Valencia ha desatado una serie de eventos trágicos y preocupantes que involucran a un maltratador, Héctor G. M., quien, tras ser ingresado por problemas psiquiátricos, provocó el siniestro que resultó en la muerte de una paciente de 54 años. Este incidente no solo ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de los pacientes en entornos hospitalarios, sino también las fallas en la protección de las víctimas de violencia de género.
El 23 de junio de 2025, Héctor G. M. utilizó un mechero robado de su compañero de habitación para prender fuego a su colchón, lo que llevó a un desalojo masivo de la planta. Ocho trabajadores resultaron intoxicados y 80 pacientes fueron reubicados en otros centros. La motivación detrás de este acto fue su deseo de escapar del hospital para acosar a su exmujer y a sus hijos, un comportamiento que había estado manifestando desde su ingreso el 12 de junio, tras ser detenido en el aeropuerto de Valencia.
### Un patrón de acoso y fuga
Desde su ingreso, Héctor G. M. había intentado escapar en varias ocasiones. A pesar de que el hospital contaba con un nivel de seguridad superior, el maltratador logró burlar las restricciones y salir en cuatro ocasiones. En cada una de estas fugas, la policía fue alertada, pero esto no impidió que llegara a su objetivo: acosar a su exmujer. En una de sus escapadas, se presentó en la casa de su ex, donde su hija, aterrorizada, alertó a la cuidadora que estaba a cargo de los niños. La situación se tornó crítica cuando la niña, asustada, le suplicó a su madre que no regresara sola a casa.
La secuencia de eventos que llevaron al incendio es alarmante. A pesar de las órdenes de protección en vigor, Héctor continuó comunicándose con su exmujer a través de diferentes teléfonos, ignorando las restricciones impuestas por la justicia. La falta de seguimiento y la ineficacia de las medidas de protección han sido objeto de críticas, especialmente considerando que solo una de cada siete mujeres que denuncia maltrato recibe la protección adecuada.
### La tragedia y sus repercusiones
El incendio que resultó en la muerte de una paciente ha generado un clamor por la revisión de los protocolos de seguridad en hospitales y la protección de las víctimas de violencia de género. La exmujer de Héctor G. M. ha exigido explicaciones sobre por qué no se notificó a las víctimas sobre las fugas del maltratador, a pesar de que se sabía que estaban en riesgo extremo. La situación ha puesto de manifiesto la necesidad de un enfoque más riguroso en la protección de las víctimas, especialmente en contextos donde el agresor tiene acceso a ellas.
El caso de Héctor G. M. es un recordatorio escalofriante de cómo el sistema puede fallar a las víctimas de violencia machista. La combinación de problemas de salud mental, abuso de sustancias y un historial de violencia ha creado un entorno en el que tanto el paciente como las víctimas están en peligro. La falta de medidas efectivas para prevenir el acoso y garantizar la seguridad de las víctimas es un tema que debe ser abordado con urgencia.
La comunidad y las autoridades deben trabajar juntas para implementar cambios que aseguren que situaciones como esta no se repitan. Es fundamental que se establezcan protocolos claros y efectivos para la protección de las víctimas de violencia de género, así como un seguimiento adecuado de los casos de maltrato. La vida de las personas afectadas por estas situaciones depende de la capacidad del sistema para responder de manera efectiva y oportuna.
En resumen, el incendio en el Hospital La Fe no es solo un incidente aislado, sino un reflejo de un problema más amplio que afecta a muchas mujeres y niños en situaciones similares. La sociedad debe tomar conciencia de la gravedad de la violencia de género y trabajar para crear un entorno más seguro para todos.
