La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha implementado una nueva normativa que permite nombrar a las danas más adversas, similar a lo que se hace con las borrascas de gran impacto. Esta medida, que se enmarca dentro del programa europeo Storm Naming, busca mejorar la comunicación y la gestión del riesgo meteorológico en España, así como en otros países europeos como Portugal, Francia, Bélgica, Luxemburgo y Andorra. Desde 2017, AEMET ha estado colaborando con estos países para establecer un sistema de nomenclatura que facilite la identificación y el seguimiento de fenómenos meteorológicos severos.
La decisión de nombrar las danas se limita a aquellas que se prevé que generen un gran impacto, activando avisos de nivel naranja o rojo. Este enfoque tiene como objetivo evitar que el término «dana» se asocie automáticamente con catástrofes o daños graves, lo cual es una percepción común entre la población. Al nombrar solo las situaciones más críticas, se busca diferenciar entre los episodios que realmente representan un riesgo significativo y aquellos que no lo son.
### La Importancia de Nombrar las DANA
El nombramiento de las danas tiene múltiples beneficios. En primer lugar, permite una mejor coherencia en los mensajes oficiales, lo que facilita la comunicación entre las administraciones públicas y la ciudadanía. Esto es especialmente relevante en un contexto donde la información meteorológica se difunde rápidamente a través de las redes sociales, a menudo sin la debida verificación. Al tener un nombre asociado a un fenómeno meteorológico, se puede generar un mayor interés y atención por parte de la población, lo que puede resultar en una mejor preparación ante posibles desastres.
Además, el nombramiento de las danas ayudará a las autoridades a coordinar sus respuestas ante fenómenos adversos. Con un sistema de nomenclatura claro, las administraciones podrán actuar de manera más eficiente, asegurando que la información llegue a quienes más la necesitan. Esto es crucial en situaciones donde el tiempo de respuesta puede marcar la diferencia entre la seguridad y el riesgo.
### Comprendiendo las DANA
El término DANA proviene del acrónimo Depresión Aislada en Niveles Altos. Este fenómeno meteorológico se caracteriza por ser un sistema de bajas presiones que se forma en niveles medios y altos de la troposfera. Las danas son estructuras complejas que pueden ser difíciles de predecir, lo que las convierte en un desafío para los meteorólogos. Cuando se dan las condiciones atmosféricas adecuadas, pueden provocar precipitaciones intensas, nevadas y tormentas severas.
Sin embargo, no todas las danas son peligrosas. Algunas pueden pasar desapercibidas, mientras que otras pueden causar daños significativos. Por esta razón, AEMET ha decidido nombrar únicamente aquellas que tienen un potencial elevado de impacto, lo que permitirá a la población y a las autoridades distinguir entre los episodios que realmente requieren atención y aquellos que no.
La implementación de esta nueva medida se alinea con el sistema europeo de cooperación meteorológica EUMETNET, que promueve la coordinación y unificación de criterios entre los diferentes países. Desde 2017, AEMET ha estado nombrando borrascas de gran impacto en colaboración con sus socios del Grupo Suroeste, utilizando una lista de nombres alternos masculinos y femeninos. Con la inclusión de las danas en este sistema, se espera que la comunicación de riesgos meteorológicos sea aún más clara y efectiva en toda la región suroccidental de Europa.
La primera dana en recibir un nombre será Alice, seguida de otros nombres en orden alfabético. Este enfoque no solo proporciona un sistema de nomenclatura claro, sino que también asegura que la información sobre fenómenos meteorológicos severos se gestione de manera efectiva y transparente.
La iniciativa de nombrar las danas no busca dramatizar los fenómenos, sino más bien mejorar la información y la seguridad ciudadana. Al dar un nombre a las situaciones más severas, se espera que la población esté más alerta y preparada para actuar en caso de que se produzcan condiciones adversas. Esta medida es un paso importante hacia una gestión más eficaz de los riesgos meteorológicos, que puede salvar vidas y minimizar daños materiales en el futuro.